Vilma, la camionera que hace camino al andar

En la noche del sábado 29, cuando se estaba cosechando un lote de girasol en un campo alquilado por el productor Sergio Koci, entre Tres Isletas y Castelli, en la provincia del Chaco, comenzaron a llegar los camiones para cargar la producción.

Entre ellos, llega Vilma Noemí Masat, sola,  a bordo de un camión Scania que tiene una gran leyenda en la lona: “Transporte Chueéla”.

“Muchos se sorprenden al ver a una mujer sola, manejando un camión, pero es un trabajo como cualquier otro, y aquí estamos”, dice Vilma a Agroperfiles luego de terminar la carga y a poco de emprender el viaje de destino.

“Este es mi último viaje de la temporada que hago en el Chaco, ahora me toca quedarme en la zona de Ceres, provincia de Santa Fe”, cuenta.

Vilma desde hace 3 años y medio viaja sola. Tomó esa decisión de ponerse al frente del transporte que antes se ocupaba quien en vida fuera su esposo Alcides Domingo “chueela” Tomadín, quien falleció en 2016.

Vilma Masat, controla que todo esté bien en la carga, para cerrar la carpa y partir con destino a un acopio privado.

“NO FUE NADA FACIL EL COMIENZO”

Vilma tiene 56 años, tres hijos, de 31, 30 y el más chico de 16 años. Cuenta que el primer año que resolvió ponerse al frente del transporte, todo fue muy complicado. “No sabía ni como se prendía el climatic, mucho menos de cómo era el movimiento en los lugares de carga ni de descarga, pero me animé y aquí estoy”, dice con orgullo.

“Me adapté , me gustó, y ahora me está pasando lo mismo que le pasaba a mi marido, que no podía estar sin hacer nada dos o tres días, y así es que me siento una trabajadora más, una camioneta más”, señala.

LA LIBERTAD DE ESTAR EN LA RUTA

“Cuando terminás la cargada, que tenés que asegurarte que todo está bien, y salis a la ruta, sentís la libertad y el orgullo de decir que estás contribuyendo al país con el transporte de producción primaria, y que todo esto sostiene al país, vas pensando que el girasol o la soja que llevas, le demandó un esfuerzo al productor, al hombre de campo”, cuenta.

“Es duro la cargada y en los puertos, pero después el camión en ruta, es libertad, y en mi caso, ya le encontré la vuelta, voy sola, me sirve para pensar, y para valorar las cosas de mi país”, dice emocionada.

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