Sequía: productores sedientos ante el desastre climático

Por Raúl Rolando Romero Feris (*)

Permítanme expresar con objetividad, pero no menos convicción, mi visión de la realidad de la producción en Corrientes, duramente castigada en el presente y con un futuro incierto, que precisa urgentes decisiones políticas y acciones consecuentes.

Si a la sequía persistente debido a diversos factores climáticos, sumado a un mercado cada vez más reticente, le sumáramos la inacción de las autoridades, estaríamos siendo llevados directamente al desastre en nuestra matriz productiva. Observo que, luego de algunas medidas de emergencia que finalizaron en junio de 2023 en Corrientes y solo prorrogadas en la Nación, estamos en una situación de considerar de pleno desastre, mientras se actúe como si ello ya hubiera pasado, y desde diferentes estamentos se dediquen sólo a mirar el avance de un proceso de deterioro, azorados y sin reacción, cuando no, indiferentes al drama que se avecina.

Como exgobernador y a la vez como ciudadano y productor, veo con desesperación esta suerte de atontamiento. Desde mi experiencia, estimo que es preciso reaccionar y acompañar urgentemente a los afectados, a aquellos a los que no se los contiene efectivamente, y determinar acciones, proponiendo una salida a un creciente deterioro de su masa productiva.

Raul Rolando “Tato” Romero Feris en una de las recorridas por el campo.

No debemos ser atrapados por lo superficial, por el marketing y la idea de que todo está bien, olvidando lo esencial: que la matriz productiva de la provincia está al borde del colapso. Por los datos de la realidad, que me resigno a creer que las autoridades desconozcan, hay varios factores que contribuyen a hacer caer el andamiaje de la producción como fichas de dominó: la sequía persistente debido a “La Niña” y el cambio climático, que por ejemplo, lleva al nacimiento de menos terneros en el año, y la pérdida segura de nuevos que implica la caída de la producción, el descenso del consumo, agregado a los precios retrasados que no cubren lo invertido, y un mercado cada vez más retraído. Con todo ello en perspectiva, la tormenta perfecta se avecina.

Es preciso que los ministerios y sus funcionarios, los gobiernos y sus ocupantes, las entidades financieras del Estado y sus políticas de financiamiento, las entidades rurales y sus acciones, estén a la altura de este drama. Si no reaccionan, y solo se aferran a medidas esporádicas de emergencia, pero sin políticas serias que protejan a los productores que les ayuden a pasar este trance, los acompañen y guíen en transcurrir este período dentro de un plan que lo enfrente efectivamente, el desastre en el que ya estamos, es inevitable.

Si se sigue “analizando” en reuniones que no definen nada, y que más bien dilatan la agonía, mientras se continúa como si nada pasara, o que como todo “esto ya va a pasar”, mientras miramos hundirse el Titanic, lamentaremos cuando ya sea tarde para retomar el rumbo.

El solo observar unos mapas satelitales, con una diferencia de un año de diciembre a diciembre, nos muestra cómo la sequía contribuye a un deterioro de todo el ecosistema, incluido el productivo, afectando a todas las actividades que son las riquezas de nuestra provincia: la forestación, el arroz, la ganadería, los cítricos, la horticultura y el tabaco, la yerba y el té, la agricultura en general, etc.

Observo que no hay un plan para afrontar todo esto. Sólo lamentos donde se echan culpas a los otros. Una paralización reumática que llega hasta a algunas entidades que, sugiero, deberían plantarse ante la situación y exigir con más vehemencia una salida, del mismo modo en que se exige a sus asociados.

Pretender alzar la voz como un reclamo genuino no debe interpretarse como una actitud opositora, sino una ayuda antes de cometer errores mayores, en una sociedad donde todos somos constructores de un mismo edificio.

Desde la realidad más profunda de mi convicción de trabajo que todos conocen, expongo algo que muchos somos conscientes. No tenemos las herramientas políticas para afrontar esta realidad, sino solo nuestra capacidad y voluntad de esfuerzos en pos de la riqueza genuina de nuestra provincia.

No quiero pasar por ser aquel que se queja, sino por quien supo enfrentar los desafíos de la vida, tanto pública como privada, con decisión y superarlos. Algo que, espero, no les falte a quienes nos conducen.

(*) Raul Rolando “Tato” Romero Feris es ex gobernador de la provincia de Corrientes, ex presidente de CRA.

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