Plan País: Decálogo de la Bioeconomía argentina

Por Fernando Vilella (publicado por Mitre y El Campo)

La bioeconomía es el conjunto de sectores de la economía que utilizan recursos y/o procesos biológicos para la producción sustentable de bienes y servicios a partir de la biomasa vegetal o animal producida o recolectada o aprovechando la diversidad biológica.

¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE BIOECONOMÍA?

La bioeconomía es el conjunto de sectores de la economía que utilizan recursos y/o procesos biológicos para la producción sustentable de bienes y servicios a partir de la biomasa vegetal o animal producida o recolectada o aprovechando la diversidad biológica. Sus procesos son circulares y sostenibles, reduciendo al mínimo la producción de residuos o desechos, generando nuevos productos y servicios en múltiples sectores aplicando tecnologías y conocimientos complejos y de frontera. Es un potente instrumento para promover un desarrollo territorial resiliente y representa un claro desafío geopolítico alineado con un desarrollo federal equitativo y una demografía desconcentrada.

DECÁLOGO DE PLAN PAÍS PARA EL DESARROLLO DEL PAÍS A PARTIR DE LA BIOECONOMÍA.

1. Todos los argentinos tienen oportunidades laborales de calidad, así como igualdad de acceso a los bienes públicos básicos como salud, educación, justicia y seguridad social

Entre las múltiples heterogeneidades de Argentina hay un acceso desigual a servicios públicos esenciales como la salud, a fuentes de trabajo formal en sus diversas calificaciones y al acceso a dietas equilibradas y saludables. Junto a la meta 2 de educación constituyen un fuerte escollo al asentamiento y descentralización de la población. Como bioeconomía es agregar valor a la biomasa, y ese valor es fundamentalmente conocimiento sofisticado es fundamental generar estas condiciones para promoverla desde la niñez.

2. Acceso universal en igualdad de condiciones para todos a una educación de calidad, que garantice acceder a una mejor calidad de vida, la incorporación rápida y efectiva a los trabajos desde los de mayor demanda como aquellos de mayor complejidad tecnológica.

En la era del conocimiento quien no acceda a una educación de calidad estará marginado de los trabajos del futuro. Nuestro sistema educativo no está diseñado para esos objetivos, especialmente el nivel medio y de esta su rama técnica. Es un proceso prioritario de largo plazo que requiere los mayores esfuerzos. Hoy en condiciones de estancamiento no se encuentran personas mínimamente capacitadas, cuando la economía despierte habrá muchos puestos calificados sin personal preparado, para cubrir el bache se requiere un diseño específico y acotado temporalmente apto para esos fines. Acuerdos públicos-privados según requerimientos puntuales son un formato posible, por ejemplo, bajar cargas sociales a nuevos puestos de trabajo a cambio de capacitación especifica verificable.

3. Disminución drástica de la pobreza en todos los ámbitos con la generación de trabajo genuino.

La pobreza creciente, es producto del fracaso general de la macroeconomía y en gran parte en las políticas de fomento a la producción. Ello condujo a una estructura muy heterogénea en materia de productiva e inserción externa- que no da respuesta a lo que sociedad demanda en empleo y localización. La bioeconomía es una de las llaves para romper esa triste realidad. La falta de incentivos para invertir y las leyes del trabajo son centrales en la falta de generación de trabajo privado durante muchos años. Reformular estas estrategias es imprescindible para generar centenares de miles de puestos de trabajo nuevo y para que cerca de la mitad de los trabajadores hoy irregulares se normalicen.

4. Argentina Carbono Neutro. La bioeconomía y la economía circular son políticas de estado.

La humanidad está generando un deterioro ambiental que atenta con la vida tal como evolucionó en los últimos millones de años. Esto hace que los sistemas lineales de producción, el uso de hidrocarburos como fuente de energía o como insumo para las industrias químicas hayan llegado a valores insostenibles.

La bioeconomía es una amplia economía circular proveedora no solo de alimentos y fibras sino también fuente de bioenergía, bioinsumos, bioplásticos, medicamentos y muchos otros productos sostenibles.

Tanto las naciones con los  Objetivos del Desarrollo Sostenible y los Acuerdos de París como los consumidores globales  han tomado conciencia de la necesidad de estos cambios. Los compromisos ambientales de     Argentina pueden cumplirse a partir de los sistemas bioeconómicos actuales perfeccionados con mediciones logradas a partir de las TICs asociadas.

5. El modelo productivo argentino es una marca País asociada con productos saludables para el consumidor y producidos de manera sustentable y amigable con el ambiente, abierto al mundo con oferta diversificada

Argentina a partir de sus sistemas bioeconómicos está mostrando bajas huellas ambientales ya sean en el carbono como en el agua. Si se lo propone, con políticas de estado, puede ofrecer múltiples productos amigables con el ambiente, así como para sus sucesivos agregados de valor. Identificar como Marca País a lo obtenido por la bioeconomía con cuidado  del ambiente no solo es posible, sino que muy necesario para crecer y marcar presencia en los mercados más relevantes.

6. La competitividad es central en las políticas fiscales y la base para  la promoción efectiva de las exportaciones de los productos y servicios con balance positivo de divisas.

Hay solo dos sectores que tienen un balance positivo de divisas, el bioeconómico y las industrias del conocimiento. El primero además explica el 70% de las exportaciones. Su competitividad es a pesar de la falta de incentivos, de hecho, hay datos que marcan que a diferencia del resto de los países de OCDE que promueven en forma diversa sus sectores agropecuarios con un 10% de susidio en Argentina el valor es negativo de al menos el 15%, generando una diferencia del 25%. Este sector junto a los otros pilares de Plan País (energía, industria conocimiento, minería y turismo de alto valor) serán generadores de divisas a partir de su competitividad y balance positivo de las mismas.

7. Argentina líder en la incorporación y/o generación en el conocimiento biotecnológico e informático a sus cadenas bioeconómicas.

Parte de la competitividad bioeconómica argentina se asienta en su rápida incorporación de tecnologías de frontera. Es importante que parte de ella sea de desarrollo local y en el caso de las importadas que haya un capital social que las incorpore rápidamente. Argentina tiene condiciones para ser una plataforma de incorporación de tecnologías de frontera a partir de la estructura de sus tomadores de decisión. Estos empresarios bioindustriales son relativamente más jóvenes y un porcentaje mayor paso por la universidad que sus competidores.

8. Inversión en infraestructura y logística acorde a los aportes impositivos y de tasas que aporta la Bioeconomía en cada localidad.

La única y pésima política de estado agrobioindustrial de los últimos años son los derechos  de exportación. Los mismos sustraen fondos de los territorios productivos y se destinan a otros como subsidios que no generan cambios estructurales. Si parte de las decenas de miles de millones de dólares se hubieran invertido en infraestructura donde se generan, muchos de los problemas estarían resueltos. Caminos, acceso tanto a energía como a conectividad rural son imprescindibles para desarrollar y armonizar los territorios. Todas las nuevas tecnologías que a partir de sensores y programas se generen productos con trazabilidad y sostenibles requiere de una red que hoy está parcialmente desplegada en el territorio. Incluso en la provincia de Buenos Aires, más de dos terceras partes de su territorio no acceden a potencia de red eléctrica apta para industrializar la biomasa, tampoco hay diseño de políticas que incentiven las energías renovables locales. Las inversiones productivas están afectadas por desigualdad con otros sectores frente a la devolución de saldos de IVA, ingresos brutos o tasas municipales.

9. La cancillería tiene como principal objetivo ser el instrumento que abre oportunidades para el comercio de bienes y servicios argentinos al mundo.

Argentina no genera los dólares necesarios para sostener la calidad de vida que su sociedad requiere. En el mismo contexto histórico y con una matriz que se asemeja, cada uruguayo exporta el doble que cada argentino. Duplicar de mínima las actuales exportaciones es un objetivo que solo se logrará si además se cambia la matriz actual centrada en alimentos para  animales (harina de soja y maíz) a alimentos para humanos más energías, minerales y derivados de sus procesamientos, industrias del conocimiento y turismo receptivo de alta gama. Ese cambio requiere acuerdos internacionales donde el servicio exterior debe transformarse en un negociador y facilitador de nuevos y más sofisticados mercados para este conjunto de bienes y servicios.

10. Argentina abierta a los mercados internacionales junto a un MERCOSUR ampliado.

El MERCOSUR y Argentina son las economías más cerradas del mundo, por diversas razones y con gran incidencia de Argentina desde comienzo de siglo el bloque se ha estancado sin progresos visibles. Hay una tensión entre esos pobres resultados y la necesidad de ir al mundo con la mayor masa crítica política posible. Argentina en esta visión de apertura y necesidad de abrir mercados tiene ventajas si lo hace junto a sus socios si y sólo si se logra destrabar el aislamiento actual. A la actual conformación sería importante agregar otros países como por ejemplo Chile, Bolivia o Colombia.

Generar políticas basadas en estos pilares nos hará salir de la decadencia económica, social, educativa, científica de las últimas décadas.   ¡Entre todos podemos hacerlo, manos a la obra!

(*) Fernando Vilella, es Director del Programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires

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