Mano a mano con Pablo Vaquero, presidente del único semillero de algodón del país

Pablo Vaquero accedió a una charla amena e informal en los estudios de Radio Universidad Uncaus, desde donde emite el programa “Agroperfiles Radio”.

El presidente de Gensus, Pablo Vaquero en visita al programa Agroperfiles Radio, hablando de diferentes temas vinculados al algodón.

El presidente de Genética Sustentable-Gensus-, el único semillero de algodón del país, habló de la actual campaña, de la disponibilidad de la semilla para la campaña que se viene, de la inversión en investigación y el importantísimo aporte que hace el INTA, y también habló de las razones por las cuales las compañías multinacionales dejan de invertir en investigaciones en el país, básicamente porque no cobran por el uso de esa tecnología.

UN AÑO ATIPICO

Es un año atípico, y en general el productor cuando está culminando la cosecha comienza a plantearse qué calidad de semilla tendrá y si puede esa semilla servir o no para la próxima campaña, apuntó.

Este año en particular, hemos detectado que la calidad de semillas en muchas zonas es muy pobre, producto del clima. El clima no fue el óptimo, pese a que acompaña el precio de las fibras y los márgenes brutos en general, que serán positivos, la realidad es que se perdió una oportunidad grande, porque todos esperábamos mejores rendimientos promedio, indicó Vaquero.

El tema semilla se plantea ahora hacia adelante, pensando que el precio de la fibra será bueno, según el panorama que vemos; también vemos el aumento del área a sembrar. Y la pregunta es, si como en el caso del girasol donde muchos productores no consiguieron semillas, surge la pregunta sobre el algodón.

Y en ese sentido, desde Gensus vemos que muchos productores adelantan la compra de semillas de algodón este año, pensando en el incremento de las variedades de INTA, que ya superaron el 30% de ventas de semillas fiscalizadas el último año.

HAY SEMILLA DISPONIBLE, PERO NO SOBRA

Y además, se piensa en un nuevo planteo productivo que es la siembra más tardía con un ciclo más corto, que seguramente se repetirá este año y posiblemente se llegue al 40 o 50% de variedad de INTA sembrada, con lo cual la pregunta es ¿hay semillas para los productores para poder sembrar? Y la respuesta es que si, hay. Nosotros estamos fiscalizando la planta que comienza a trabajar para producir las bolsas, que este año      serán de 240 mil bolsas de semillas, dado que estamos cambiando el formato para darle más tecnificación al cultivo del algodón.

Pero también hay que apurarse, porque no queremos un cuello de botella cercano a la siembra, donde el productor salga desesperado a buscar semillas y no la consiga.

En las conversaciones que tienen los comerciales con nuestros productores, esta es la charla. Las semillas de las nuevas variedades que quieran tener en cantidad y calidad hay que probárselas ahora, para asegurar el poder sembrarlas.

ESCUCHÁ AQUÍ LA ENTREVISTA: https://drive.google.com/file/d/1yNJ-DJrdKjRPGxAtiDs3Aqj_dUE1EcKk/view

EL CLIMA, LA NIÑA

Otro tema que se habla es el clima. Y con este tema estamos viendo una Niña hasta el mes de diciembre que están pronosticando, con lo cual alienta a la siembra de algodón un poco más tarde. Y esto también encaja con las variables de INTA, apuntó Pablo Vaquero.

Están dadas las condiciones para que tengamos una muy buena campaña de algodón, pero insumo básico de la semilla hay que provisionarse cuanto antes.

Es un año atípico, porque en otros años siempre había productores que tenían, por la cantidad de hectáreas que sembraban, una cierta cantidad para hacer uso propio de semilla y tenían algún lote bueno de esa semilla.

En el caso de las variedades de INTA, como son variedades que están entrando al mercado, no hay mucho abastecimiento propio de semilla con lo cual el productor recurre a las semillas fiscalizadas. Y en ese sentido, tenemos cantidad, están disponibles, pero hay que apurarse a tener  las semillas porque también se acaban.

DATOS SOBRE EL USO DE SEMILLAS FISCALIZADAS

Acá atravesamos problemáticas desde el 2016, que las fuimos superando gracias al trabajo en conjunto con INTA para tener las variedades nuevas, y después con los productores para que entendieran que el camino de trabajo conjunto significa que el productor compre semillas fiscalizadas, que haga uso propio, y abone los montos correspondientes para que siga habiendo investigaciones en las nuevas variedades.

Y hay que crear un círculo virtuoso. Tenemos que lograr, como proveedores y multiplicadores de semillas, que cada dos o tres años haya nuevas variedades en el mercado, que le permitan al productor aumentar su productividad y rentabilidad.

Para poder hacer eso hay que establecer un circuito donde el productor compre semillas fiscalizadas, haga uso propio si tiene buena calidad, pague la realidad por ese uso propio. De hecho, para concientizar sobre ese uso propio hicimos un acuerdo con los productores para que vean cómo es el proceso, transparente y claro, y los productores aceptaron porque entendieron que ese es el camino.

Los estudios de FM Uncaus, 101.9 Mhz, desde donde se emite el programa Agroperfiles Radio, de lunes a viernes de 8 a 9 horas.

EL 50% DE LA SUPERFICIE, SE SEMBRO CON SEMILLA FISCALIZADA

Pero hay una realidad que es la que no queremos ver, y es en el SISA (Sistema Integrado de Simplificación Agrícola) donde los productores todos los años deben anotar o inscribir cuántas hectáreas siembran y qué variedad siembran, de las 450 mil o 500 mil hectáreas que se siembran solo aparece registrado el 50% en el sistema.

Ese 50% está dentro de un programa transparente donde compra semillas fiscalizadas, hacen uso propio, y usan las variedades nuevas.

Pero hay otro 50% que lamentablemente la informalidad hace que estén fuera del sistema. Y no pueden acceder legalmente a las nuevas variedades, y si lo hacen lo hacen mal sin saber qué están comprando.

UN PROBLEMA DE LA CADENA, LA INFORMALIDAD

Es una especie de lotería, y es allí donde debemos trabajar para consolidar la cadena algodonera. Y no es ni un problema del INTA ni de Gensus ni de nadie en particular. Es un problema de toda la cadena, desde la investigación que hace el INTA, la multiplicación que hace Gensus, la desmotadora, la hilandería, y hasta la ropa que aparece sin marca en los mercados.

Si queremos pensar en una cadena algodonera fuerte, virtuosa y que crezca, hay muchas cosas que debemos corregir.

LA INDUSTRIA DEMANDA NUEVAS VARIEDADES

Algo que vemos como positivo es que la industria textil ya comienza a pensar en pedir tal o cual variedad para tener una cierta calidad. Y es un cambio estratégico mental de la cadena productiva.

Cuando el último eslabón de la cadena, en este caso la industria textil, le pide al primer eslabón que es la investigación una semilla para una cierta calidad de fibra, es allí donde comenzamos a entender cómo funciona la cadena algodonera. Y es allí donde debemos fortalecer todos los eslabones intermedios para que esa cadena sea fuerte.

MEDIDAS QUE EXCEDEN A LA CADENA ALGODONERA

Si se ataca el problema puntual de lo que sucede con el algodón, nos estaremos equivocando porque en realidad hay un montón de circunstancias que hacen que al productor en general le cueste estar totalmente ordenado.

Es la realidad; se la puede tapar o no. Y así sucede con un montón de actividades en el país, que hacen que un 40% o 50% de la economía esté en negro.

Entrar en ese punto es complicado, y decir que tenemos una solución para ello sería errado. Pero sí podemos decir es lo que le decimos a los productores: hay una forma de hacer las cosas bien. Y la forma es sembrando una semilla de origen conocido, con lo último disponible que podemos hacer con el INTA, asesorándolos y tratando de que su producción sea lo más rentable posible.

En eso se trabaja, formando grupos con ingenieros y con INTA en capacitación, en difusión, en ensayos y en acompañar al productor.

El resto de la cadena debe ir viendo de qué forma se va acoplando en ese tren y círculo virtuoso para que esto realmente funcione. Y es allí donde no es un trabajo de uno, dos o tres. Es un trabajo de todos.

Por ello, cuando la industria pide una semilla en particular, no importa el tiempo que tarde en pasar eso. El hecho del click mental de hacer ese convenio para buscar esa respuesta, marca un camino que se comienza a trazar y que será distinto.

PAGO DE REGALÍAS

Que haya un solo semillero de algodón en Argentina, es un hecho que marca un problema. Podemos decir que no se puede hacer nada con la semilla y dedicarse a otra cosa, pero es una posibilidad que no elegimos. Elegimos apostar a más y ver qué podemos hacer.

A través del convenio con INTA ya lanzamos tres variedades y seguramente habrá más sorpresas en los próximos años, y seguiremos lanzando más variedades con nuevas tecnologías. Estamos trabajando con empresas de edición génica para tratar de buscar alternativas y nuevas variedades, que permitan incorporar tecnologías nuevas de resistencia a otros herbicidas. También estamos trabajando en programas de investigación y fortalecimiento con el INTA para acelerar el proceso de mejoramiento.

“NO SOMOS UNA MULTINACIONAL, SOMOS UNA PYME”

Cuando se le preguntó si el hecho que las empresas multinacionales hayan dejado de invertir en investigación alegando que el productor de algunas regiones de la Argentina no quieren pagar el canon correspondiente por el uso de esa tecnología, abre las puertas o es una posibilidad para las empresas locales, Vaquero respondió:

“Todo lo hacemos con las herramientas que tenemos, que no son las herramientas de empresas multinacionales. Somos una Pyme nacional, y con los recursos que tenemos y los recursos del INTA, que son limitados de ambos lados, tratamos de llevar esto adelante”.

Agregó que “hasta ahora fuimos exitosos y consideramos que tenemos por delante años de buenas noticias. Pero si no aceleramos el proceso de investigación y no lo fortalecemos de alguna manera, será difícil.

Como panorama vemos que las empresas multinacionales que tienen tecnologías y están radicadas en Brasil, no tienen ningún interés de venir a radicarse en Argentina.

En Brasil hay otro sistema, los productores pagan hasta cinco veces más por la tecnología de lo que se podría pagar acá en Argentina, hay menos evasión en el pago de las tecnologías. Y todo eso hace que no vengan.

Entonces nosotros estamos limitados desde ese lado, pero aun así tenemos mucho para hacer en lo que estamos haciendo con el INTA. Y hay algo muy importante, que es el potencial que tenemos en las nuevas variedades de semillas no está explotado. Y eso es manejo, por ello lo que debemos hacer es, con lo que tenemos que es muy bueno, tenemos que sacar el máximo potencial.

UN LARGO CAMINO POR DELANTE

Vaquero apuntó que las tecnologías nuevas pueden ayudar, pero todavía tenemos un camino por recorrer con las actuales para sacar el máximo potencial. Por ello, en el tema algodón hay que trabajar mucho en la combinación de genética y manejo. Porque en esa combinación está el potencial productivo no explotado en el cultivo de algodón, y ahí es donde tenemos que aprender mucho entre todos y hacer que el cultivo sea más rentable.

Hay que aprovechar las oportunidades, y estamos en un momento de oportunidades. Dentro de todo este contexto complicado que atraviesa el país en todos los sectores, vemos que en el cultivo de algodón aparecen luces verdes que llaman a hacer las cosas bien. Esto no significa ni apurarse ni intentar ir más rápido de lo que hay que ir, pero sí ir con pasos firmes.

DISTINTOS ESLABONES

De lo que he aprendido de hablar con gente de la cadena algodonera, es que la cadena algodonera, como toda cadena productiva, hay eslabones de todo tipo. Pero allí hay personas muy comprometidas para hacer las cosas bien. Hay que apuntar a que esa gente tome el liderazgo y haga los cambios que hay que hacer en la cadena algodonera. Y no hacerlo pensando en una oportunidad a corto plazo, porque si lo hacemos así seguro fracasaremos. Hay que pensarlo estructuralmente, desde una punta de la cadena a la otra.

HAY MUCHA INVERSION EN LA CADENA TEXTIL

Hay inversiones extraordinarias que están ocurriendo en la industria textil, con tecnología de punta; hay inversiones en semillas, inversiones en importación de maquinaria moderna para la cosecha, que es una de las limitantes que tenemos; hay inversiones en desmotadoras; pero hay que hacerlo bien y no a la desesperada.

Vayamos viendo cuáles son los cuellos de botella en cada eslabón para que el crecimiento sea ordenado. Si decimos que el área se duplicará y no tenemos la cosechadora para que esto ocurra, seguro fracasaremos. Entonces hagamos las cosas ordenadas, y para eso el trabajo de la cadena tiene que trabajar en una mesa redonda en donde todos veamos si todos podemos cumplir con la parte que nos toca.

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