“Verlas así a las vacas, dan ganas de llorar…”
La sequía no dá tregua en el norte argentino. Sin lluvias de importancia, las aguadas secas, las pasturas amarillas. Todo se volvió complicado, y la ganadería está al borde de comerse lo poco que resta de alimentos en el campo.
El testimonio de Mariela Kasko, una productora ganadera de la zona rural de Villa Berthet, es elocuente: “Mirar así a las vacas, dan ganas de llorar…y hay lotes que están peores”, dice en diálogo con Agroperfiles.
El paisaje que se observa es dramático: represas sin agua, la mayoría ya se secaron. En algunos casos, para unos días más aguantan. Los que tienen agua de perforación ruegan que no mermen”, resumió la productora-.
NADA DE PASTO NATURAL
Mariela Kasko dijo que pastos naturales casi no quedan, y que el alimento disponible es muy escaso. Hay muy poca alfalfa, y la disponible tiene un alto costo, como también está faltando la semilla de algodón.
“En mi caso, estamos zafando con las chauchas de algarrobo, de mis más de 3 mil plantas, que las puse sin ayuda de nadie, sin subsidio ni canchereadas, las puse por mi cuenta y hoy me sirven”, comenta.
“HAY CARBUNCO, Y NO SE PUEDE MOVER LA HACIENDA”
Mariela Kasko advirtió que en la zona hay preocupación porque habría carbunco, y se da en momentos en que es difícil mover la hacienda para vacunar, por el estado corporal de las mismas.
El carbunco es una enfermedad infecciosa y contagiosa, producida por una bacteria, que padecen los animales, en especial el ganado bovino y ovino, y que puede ser transmitida al ser humano.
AFTOSA
Asimismo, indicó que hay dificultades para completar la vacunación contra a aftosa por el estado corporal de los animales.
“En nuestro departamento San Lorenzo, se realiza con cierta dificultad por falta de estado corporal. Este problema trae aparejado pérdida cabezas, falta de celo, menos terneros, dificultad en la logística para sanidad.