Salir de la crisis empieza por evitar la suba de las retenciones

Por Martín Piccato (*)

Si algo positivo tuvo el debate en la Ley de Bases y Punto de Partida para la Libertad de los Argentinos es que se logró evitar la suba en el impuesto a las exportaciones y la imposición de ese impuesto en los productos que no lo tenían.

La salida de la crisis de Argentina está en exportar mucho, y mucho más con el correr del tiempo.

El país atraviesa, otra vez, por un proceso de estanflación en el que suben los precios mientras la economía se retrae.

Ronald Reagan y Paul Volcker, allá por mediados de los años ‘80 del siglo pasado tuvieron que afrontar el mismo proceso. Y lograron sanar una economía que alimentaba la pobreza y la desigualdad.

Aplicaron una receta simple: hay que bajar impuestos para incentivar la producción y la creación de empleos y cerrar el grifo de la emisión espúrea. Claro, en EEUU cerrar el grifo de la emisión implicaba subir las tasas de interés a niveles de ahogo.

En Argentina, el Presidente Milei, o su gobierno, obsesionado por el déficit 0 intentó subir impuestos y para colmo en los sectores más productivos y eficientes. Es que había devaluado y, equivocadamente, miró el mayor ingreso sin tener en cuenta que los costos subirán en la misma magnitud porque el sector demanda insumos importados para su producción. Por suerte se evitó.

Es cierto que no tener déficit fiscal es importante porque elimina de cuajo la razón principal por la que se emite sin que existiera un aumento de la demanda de dinero. La única razón valedera para emitir es contra compra de reservas porque representan el pago por alguna exportación, sin esa razón, emitir no tiene sentido alguno e inevitablemente provocará inflación.

LA IMPORTANCIA DE LA INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA

Si exportar es la solución y para eso no podemos castigar con mayores impuestos a quienes producen bienes transables, tener una mejor infraestructura es vital para dotar de competitividad y abrir nuevos mercados domésticos que incentiven la producción ahí donde, hasta hoy, los habitantes tuvieron que emigrar porque no tienen oportunidad alguna.

Estoy hablando del corredor bioceánico. Necesitamos una salida por el pacífico y conectar a la producción del norte del país para que caiga estrepitosamente el costo del flete y vuelva competitivos en precios a los productos que hoy se siguen produciendo pero que deben salir por Rosario o Buenos Aires. La caída en el costo sería de gran magnitud y lograría que muchos que se han ido quieran volver a su tierra para emprender.

Por eso, eliminar la obra pública representa un sin sentido, con eliminar la corrupción alcanza y sobra.

(*) Martín Piccato es analista económico financiero. Comentarista económico · Radio y TV

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