ARGENMIELES QUIERE REPLICAR EL PROYECTO CHACO EN EL PAIS

Argenmieles, instalado en el Parque Industrial de Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco

Argenmieles, que pertenece a la división de exportaciones del Grupo San Blas, inició el camino hacia la producción orgánica de miel en 2017 con un proyecto conjunto con el gobierno de Chaco y las cooperativas del norte chaqueño.

Lo viene desarrollando en el Parque Industrial de Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, donde fraccionan y envasan bajo estrictas normas de seguridad e higiene y un permanente autocontrol de calidad.

En este lugar, se realizó un fuerte trabajo de capacitación con los productores -en su mayoría emprendimientos familiares de 300 colmenas- para reconvertirlos y trabajar bajo los estándares que exigen las certificadoras internacionales.

El laboratorio de control de calidad de Argenmieles, en el parque industrial de Sáenz Peña,
cumple un rol protagónico en el producto final

Como comercializador, Argenmieles se comprometió a comprar y vender la totalidad de la cosecha de miel orgánica chaqueña y eso dio el impulso necesario para que los productores iniciaran este camino.

“El orgánico es un mercado muy estable, porque siempre se vende en igual cantidad y a un precio similar. Con el orgánico, el productor tiene estabilidad y proyección”, señala Lucas Andersen, gerente de Argenmieles.

EN BUSCA DE PROVEEDORES ORGANICOS

En la actualidad, Argenmieles busca desarrollar proveedores orgánicos para cumplir con su objetivo de crecimiento entre un 10% y un 15% anual. “Ya tenemos un nuevo proveedor en el norte de Córdoba y estamos desarrollando otro en Río Negro. Queremos replicar el trabajo que hicimos en el Chaco en diferentes puntos del país”, cierra Andersen.

LA DEMANDA A NIVEL MUNDIAL

El mercado internacional, la demanda de alimentos orgánicos representa un nicho importante para atender, tanto en volumen como en precio. Los consumidores que buscan el sello de orgánico exigen alimentos producidos, envasados y comercializados sin contaminantes, químicos ni aditivos. Y para ello están dispuestos a pagar entre 20% y 30% más que los alimentos convencionales.

En Argentina, cada vez más productores se inclinan por la apicultura orgánica guiados por un manejo sustentable, el cuidado del medio ambiente y una mayor estabilidad en los precios internacionales.

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