Trigo: las cartas en la mesa, entre costos y la falta de humedad

Aunque ya comenzó la siembra en la zona de Charata, como producto de la mejora parcial en la disponibilidad de agua en el suelo, Agroperfiles convocó a un prestigioso técnico local para que nos explique algunos aspectos sobre costos y decisiones que tienen que tomar los productores a la hora de sembrar trigo o dejar el lote para hacer girasol.

Hasta el momento, la intención se ubica por debajo la campaña 22, con una merma del 35%, para esta parte de la provincia del Chaco y un avance del 4% del área a implantar, dicen los informes oficiales.

El técnico y productor Wilson Kramer, integrante de la mesa técnica del Grupo Agroperfiles, dice que  la planificación o elección de cultivos la podemos hacer desde aristas distintas, como la económica, oportunidad o agronómica, siendo la de oportunidad la más azarosa de todas, comienza diciendo.

Cuando queremos realizar un cultivo con altas chances de logro, sin dudas debemos enfocar los análisis desde el punto de vista agronómico la cual será acompañada con el desenvolvimiento climático del año en curso y por qué no del último período del pasado año agrícola.

Para ellos debemos tener en cuenta, por ejemplo: cultivo antecesor, fertilidad de suelo, problemáticas de malezas y lo no menos importante cuánta agua hay acumulada en el perfil.

Kramer sostiene que cuando hablamos de agua en el perfil o disponible, no es solo las lluvias acontecidas en los meses previos a la fecha de siembra de cualquiera de los dos cultivos en cuestión, va más allá de ello y tiene asociado también el cultivo antecesor (cuándo dejó de consumir humedad el mismo), que tipo de suelo y estado del mismo tenemos en cada lote (estructura de suelo en los primeros centímetros que es lo más modificado por el hombre o antrópicamente) y los inferiores que tiene que ver con la génesis u origen de los mismos. Entonces para saber con certeza con cuanta humedad contamos en el suelo, debemos analizar la misma mediante muestro determinando agua útil (AU) y la misma se lleva a cabo en laboratorio, es la foto más certera que podemos tener a la hora de tomar una decisión agronómica sobre el tema.

HAY POCA AGUA PARA TRIGO

Señala que las diferentes experiencias muestran que para sembrar un trigo con cierto grado de éxito necesitamos arrancar con no menos de 150 milímetros acumulados a los 200 centímetros (2 metros) de profundidad.

“Si logramos tener 200 milímetros sería mejor aún. Sabemos también que los períodos críticos de dicho cultivo se condicen en épocas donde las lluvias son muy escasas (normales en la zona) para las necesidades del cultivo, es por ello la necesidad de un perfil con buena cantidad de agua”, aclaró.

El técnico explica que si pensamos en el girasol, la siembra de este es posterior a la de un trigo. Si bien la época de recarga del perfil es la misma (Abril / Mayo / Junio), tenemos la salvedad que el período de floración – llenado de grano se ubica posterior a la de un trigo, esto nos da la posibilidad de recibir lluvias (que si se suelen suceder en la época) y así aumentamos la posibilidad de tener un cultivo mejor logrado. Independientemente de ello, no olvidemos que el potencial de dicho cultivo (girasol) se define tempranamente y es cuando tiene unas 6 hojas desplegadas aproximadamente, entonces si las condiciones hasta aquí fueron malas, ya se ve condicionado el resto del cultivo quedando solamente para definir rendimiento el peso de los granos y como factor importante que cantidad de aceite (%) tenga el mismo al finalizar el ciclo.

CUANTA AGUA TENEMOS

Es clave conocer certeramente que cantidad de agua tenemos acumulada en suelo para pensar en un trigo o en un girasol. En segundo lugar, que perspectivas climáticas están puestas para la campaña que se inicia, desde el punto de vista agronómico.

Otra arista de análisis es la económica, y es aquí donde la labor como técnicos o como productor se ve condicionada por factores poco o nulamente manejables y tiene que ver con los precios de los productos (trigo / girasol).

Para analizar la factibilidad de hacer un cultivo u otro desde el punto de vista económico, no nos queda otra que afinar la punta de lápiz y construir un escenario posible con respecto a las aplicaciones, necesidad de insumos, costos de labores, comercialización y no menor que precio podemos percibir de nuestra futura cosecha.

Al poner un poco de números a la cuestión, nos damos cuenta de que el girasol en este momento (precios de abril) no es alentador de realizarse. Los costos de insumos se vieron algo movilizados en alza por resoluciones a la importación determinadas por AFIP, tanto para agroquímicos como fertilizantes. Por otra parte, la oferta en el mercado para el producto girasol está mucho más bajo que en el inicio de otras campañas, cotizando en esta 23/24 entre los 280 y 300 dólares por tonelada, mientras que para trigo unos 230 dólares por tonelada.

A continuación, se plantean dos situaciones para cada cultivo, la diferencia entre ellas radica en el agregado de fertilizante nitrogenado a la siembra o previo a la misma a razón de 100 kg/ha (UREA).

En cuanto al alquiler de campo se consideró un 20%, el cual puede variar en cada situación particular. En ese caso cada uno deberá considerar el valor de campo propio y sumar el valor de alquiler que esté pagando o tenga pactado. Los demás insumos y labores son iguales en ambos casos.

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