Los primeros pasos de Gensus con una fuerte consolidación

El semillero de algodón Gensus –Genética sustentable- radicado en la localidad de Avia Terai transita los primeros siete años de vida, pero con una fuerte consolidación no solo en la Argentina sino también en el contexto regional dado que la empresa ya comercializa variedades  de semilla del cultivo en Paraguay.

Gensus es una de las empresas que pudo cambiar el destino que marcaba hace siete años la producción de simiente de algodón, dado que el escenario que se observaba en 2016 era complejo, porque el laboratorio –el único en el país—que se encuentra en Avia Terai encontraba serios obstáculos para proseguir funcionando.

Fue así que una empresa de capitales argentinos – Cazenave y Asociados junto a un grupo de inversores argentinos del sector agropecuario crean GENSUS SA, que adquiere la totalidad de los activos y la marca Genética Mandiyú.

Cazenave y Asociados es una reconocida empresa del sector agropecuario con 48 años de experiencia en la producción de commodities y specialties y en servicios para el sector. En su historia se ha destacado por crear y gestionar numerosas empresas de producción y agroindustria.

Actualmente, la Compañía Gensus produce y comercializa variedades de semillas de algodón certificadas que han obtenido la aprobación regulatoria necesaria en  Argentina.

Acá atravesamos problemáticas desde el 2016, que las fuimos superando gracias al trabajo en conjunto con INTA para tener las variedades nuevas, y después con los productores para que entendieran que el camino de trabajo conjunto significa que el productor compre semillas fiscalizadas, que haga uso propio, y abone los montos correspondientes para que siga habiendo investigaciones en las nuevas variedades.

LA ACTUALIDAD

En la actualidad, Gensus está consolidada como empresa. De cara al 2024, el semillero se prepara con la consolidación del Proyecto Algodón. Gensus Paraguay es uno de los proyectos viables a donde se está apuntando, con las nuevas variedades de INTA inscriptas en Paraguay. También se trabaja con nuevos desarrollos de la tecnología que en los próximos tres años van a empezar a verse en el campo, tecnología inédita para el productor agropecuario.

UN CIRCULO VIRTOUSO

Y hay que crear un círculo virtuoso. Tenemos que lograr, como proveedores y multiplicadores de semillas, que cada dos o tres años haya nuevas variedades en el mercado, que le permitan al productor aumentar su productividad y rentabilidad.

Para poder hacer eso hay que establecer un circuito donde el productor compre semillas fiscalizadas, haga uso propio si tiene buena calidad, pague la realidad por ese uso propio. De hecho, para concientizar sobre ese uso propio hicimos un acuerdo con los productores para que vean cómo es el proceso, transparente y claro, y los productores aceptaron porque entendieron que ese es el camino.

Pensar en el cultivo de algodón en el noreste argentino puede llevarnos a conclusiones muy diversas y contrapuestas, pero sin duda, hay un factor común que forma parte del debate y es la “pasión” de cada uno de los eslabones que integran esta cadena agroindustrial.

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