Las mujeres en ganadería vienen pisando fuerte

Jessica Espínola es ingeniera agrónoma, nacida en Misiones. Un día, un productor chaqueño le ofreció trabajar en una cabaña en Villa Angela y aunque no sabía nada de vacas, aceptó el desafío y hoy es la responsable del emprendimiento.

No fue fácil la decisión a tomar, porque implicaba mucho trabajo, organización y por sobre todo, en un área que no es la suya.

Jessica, en diálogo con Agroperfiles, muestra lo que hace, entre tablas de registro, anotaciones varias, y con una agenda cargada de temas.

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

“Fue un desafío personal y profesional para mí, el salir de mi zona de confort hace unos años cuando empezó la pandemia. Decidí adentrarme en este camino que no es nada fácil porque es un sector mayoritariamente de hombres. Me fui incorporando de a poco hasta ser parte del equipo y fui muy bien recibida”, contó la misionera Jesica Espinola en diálogo con Agroperfiles.

Ella es Ingeniera Agrónoma, tiene 31 años, y actualmente trabaja en un emprendimiento familiar llamado Cabaña El Cambio en la ciudad de Villa Angela, con todo un equipo por detrás que son todos hombres.

“Fue todo un desafío meterse en un sector donde participan 100% hombres. “En la actualidad hay muchas mujeres que son parte de esto”, señala.

ES UNA ACTIVIDAD DINAMICA

Con relación a la actividad agropecuaria y ganadera afirma que con toda a situación que está atravesando el campo respecto a la situación económica y climática, aun la gente continúa teniendo su pasión y trabajo “El sector se sigue ampliando pese a que cuesta muchísimo, y aunque quisieran dejar todo y dedicarse a otra cosa”.

“Nosotros empezamos con pocas cabezas en la cabaña, y ahora nos fuimos ampliando. Tenemos un lote grande de madres, fuimos a competir por primera vez en la exposición de Villa Angela en la cual nos fue bien”, relató.

CAMBIOS CULTURALES ENTRE MISIONES Y CHACO

“Al principio me costó porque yo me recibí como asesora técnica, no tenía la mínima idea sobre vacas, pero me emprendí en este desafío. Lo complicado fue adaptarse a la zona tan diferente a la mía. Yo terminé el secundario en Misiones, me recibí en Corrientes y de ahí di un paso al trabajo”.

LA GANADERÍA ES UNA INVERSIÓN A LARGO PLAZO

Desde que se tiene un ternerito hasta que se convierta en madre o un reproductor, se tiene al menos 4 años donde hay que cuidarlo, alimentarlo, vacunarlo. “El proceso es largo, pero a la hora de ver los resultados te enorgullece y da satisfacción”, sostiene Jesica.

“Yo agradezco por el lugar que me dieron, porque al ser un sector ocupado exclusivamente por hombres, me dieron la oportunidad y me incluyeron” agradeció la joven.

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