ETANOL, UNA OFERTA AMBIENTAL PARA AUTOS SUSTENTABLES Por Héctor Huergo

El periodista de Clarin Rural escribe con marcada precisión el futuro del etanol, siempre y cuando tenga en frente autos sustentables a quienes alimentar.

La columna reproducida por Agroperfiles y tomada de Clarín, dice que en el mundo, se está incrementando el consumo de los biocombustibles para diversificar la matriz energética. Otra gran oportunidad para el país.
La comunidad internacional ha decidido darle batalla al calentamiento global. En la transición a un mundo “carbono neutro” (en el que las emisiones de dióxido de carbono equilibren a la captura), se abren enormes oportunidades para el campo y la agroindustria.

Los biocombustibles (biodiésel, bioetanol, biogás), originados en la fotosíntesis de las plantas y microorganismos en los océanos, ya están jugando un papel importante en el gran juego de la energía para transporte, y comienzan a participar en la generación eléctrica y calefacción.

Algún filósofo oriental dijo que hay que borrar dos días del calendario: ayer y mañana.
Hablemos de hoy.

La realidad nos brinda suficiente material como para ir por lo concreto, que está lleno de matices, con propuestas e intereses cruzados. Mientras el viejo mundo del petróleo rasca el fondo de la olla, la innovación captura el escenario y surgen a diario nuevas propuestas. Fascinante.
¿Dónde estamos parados? Sin duda, la llegada del auto eléctrico ha sido lo más disruptivo desde que despuntó el siglo XXI.

El gran innovador es Elon Musk, el sudafricano que se instaló en Silicon Valley. Allí, desarrolló y vendió Pay Pal, el exitoso sistema de pago por internet. Volcó de inmediato tus ganancias en la creación de Tesla Motor. Lanzó su primer auto 100% eléctrico hace doce años, en 150.000 dólares.

Un chasis formado por un panal de abejas de pilas recargables de litio, un motor eléctrico, carrocería de aluminio. En 2010 sacó el modelo S, a la mitad de aquel precio. El mercado se cuadruplicó. Llegó a las 40.000 unidades/año y con eso su compañía ya valía lo mismo que Renault, que fabrica 4 millones por año. Pero Elon apuntaba a un mercado mucho más amplio. Necesitaba hacer un auto de 35.000 dólares.

Lo lanzó en marzo de este año. Antes de mostrarlo, en el mismo día del lanzamiento, había vendido 94.000 unidades. Desde entonces, vendió otros 300.000. Empezará a entregarlos dentro de un año… Sí, una porción de la humanidad quiere andar en auto eléctrico. Por supuesto, Tesla no está solo.

Casi todas las automotrices están detrás del auto eléctrico. Que tiene el atributo adicional de que facilita el paso hacia el auto autónomo. Aquí ya entran Google, Apple y otras compañías de la era digital, donde el “Big Data” y los algoritmos de la inteligencia artificial reescriben la sinfonía del nuevo mundo. Es la imagen de la “emisión cero”.
Sin embargo, el auto eléctrico tiene sus detractores. Las críticas no provienen solamente del previsible lobby petrolero. Desde una mirada más objetiva, se dice que mientras la matriz de generación eléctrica siga caracterizada por una alta componente de carbón, fuel oil y gas, el auto eléctrico no aportará una reducción de emisiones. Aunque sí evitará la contaminación de los centros poblados con residuos peligrosos de la combustión de gasoil y nafta.

Toyota y varias compañías europeas, como BMW, apostaron a otra tecnología neutra en carbono: la celda de hidrógeno. Consiste en hacer reaccionar el hidrógeno almacenado en un tanque a alta presión, con el oxígeno del agua. En el proceso se genera una corriente de energía eléctrica que mueve el vehículo. La única emisión es vapor de agua.

(Fuente: Clarín Rural)

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