“Brasil produce mucho algodón, pero tiene altos costos en fertilización”, dice un genetista del INTA
El genetista Mauricio Tcach, del INTA Sáenz Peña, destacó los avances que tiene Brasil en cuanto a calidad y eficiencia en el cultivo de algodón, que le permite alcanzar y sobrepasar a los Estados Unidos en producción. Sin embargo, esta eficiencia viene acompañada de altos costos operativos. Por ejemplo, los productores brasileños deben realizar hasta seis tratamientos fungicidas y dieciocho aplicaciones de insecticidas por ciclo, mientras que en Argentina, estos números son mucho menores, lo que representa una ventaja significativa para el país vecino en términos de costos.
El reciente XIV Congreso Brasileño de Algodón, celebrado en la ciudad de Fortaleza, reunió a destacados especialistas del sector agrario para discutir los avances y retos que enfrenta esta industria. Entre los asistentes se encontraban el ingeniero Silvio Radovancich del semillero Gensus, el doctor Mauricio Tcach, y los asesores privados Jorge Krijich y Francisco Bohacek, quienes compartieron sus perspectivas sobre el estado actual y el futuro del algodón, tanto en Brasil como en otros países productores como Argentina.
Este evento, organizado por la Asociación Brasileña de Productores de Algodón (Abrapa), celebró además sus veinte años de existencia, destacando los logros y desafíos que ha enfrentado esta organización en su trayectoria.
CRECIMIENTO SOSTENIDO
Mauricio Tcach, especialista en genética vegetal, expresó en una entrevista hecha por el programa Agroperfiles Radio, la importancia de este congreso, donde se puso en valor el proceso de consolidación de Brasil como uno de los mayores exportadores de algodón en el mundo. “Este año, Brasil alcanzó el primer lugar en exportaciones y el tercer puesto en producción, lo que es un logro impresionante considerando que países como Estados Unidos tienen el doble de hectáreas sembradas”, explicó Tcach.
Uno de los hitos más relevantes que se discutió fue la victoria de Abrapa ante Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio (OMC), una disputa que marcó un antes y un después en la comercialización del algodón brasileño. “Fue una batalla que no solo implicó lo económico, sino que también puso en el mapa a Brasil como un referente en la calidad del algodón y en la capacidad organizativa de su cadena productiva”, señaló Tcach.
El presidente actual de Abrapa recibió un reconocimiento simbólico por liderar a Brasil hacia esta posición de privilegio en el mercado internacional, un éxito que se celebra en el sector agrícola de América Latina. Sin embargo, no todo fue motivo de celebración; también se habló de los desafíos que enfrenta la industria, especialmente en cuanto a la sostenibilidad y los costos crecientes de los insumos.
MODELO DE EFICIENCIA AGRÍCOLA
Uno de los temas más relevantes en las discusiones fue la alta eficiencia productiva que logró Brasil, en comparación con otros grandes productores. Tcach destacó que, a pesar de contar con menos hectáreas que Estados Unidos, la productividad brasileña es superior, lo que les permite no solo abastecer el mercado interno, sino también competir en los mercados internacionales. “La base de esa alta productividad se explica en un 70% con la práctica de fertilización, con un costo de entre 1.500 y 1.800 dólares por hectárea solo en fertilizantes”, comentó Tcach.
BRASIL TIENE ALTOS COSTOS
Sin embargo, señaló que “esta eficiencia viene acompañada de altos costos operativos. Por ejemplo, los productores brasileños deben realizar hasta seis tratamientos fungicidas y dieciocho aplicaciones de insecticidas por ciclo, mientras que en Argentina, estos números son mucho menores, lo que representa una ventaja significativa para el país vecino en términos de costos”.
“Tenemos que entender que no todo es color de rosa en Brasil”, afirmó Tcach. Y agregó que “ellos tienen que lidiar con plagas y enfermedades de una magnitud que nosotros no enfrentamos. A pesar de eso, han logrado establecer un sistema productivo muy eficiente, lo cual es un ejemplo que deberíamos seguir en Argentina”.
FERTILIZACIÓN Y GENÉTICA
En cuanto a la situación en Argentina, Tcach y Radovancic coincidieron en que el país tiene grandes oportunidades para mejorar su producción de algodón, principalmente a través de la adopción de mejores prácticas de fertilización y la incorporación de tecnologías más avanzadas en genética. “Estamos en pañales en términos de fertilización” afirmó Tcach, al tiempo que describió que “nos cuesta entender que si queremos mayores rendimientos, tenemos que alimentar a nuestras plantas de manera adecuada”.
Actualmente, la genética del algodón argentino está rezagada en comparación con Brasil, que utiliza variedades más avanzadas como Bollgard 3, mientras que Argentina sigue utilizando Bollgard 1. “Sin embargo, incluso con estas diferencias, nuestras condiciones climáticas nos permiten mantener una producción más estable en ciertos aspectos, lo que nos da una ventaja competitiva que no estamos aprovechando del todo”, agregó.
Otro de los aspectos abordados fue la resistencia de las plantas a plagas y enfermedades, tema en el que Brasil tiene que invertir considerablemente más que Argentina. “Ellos enfrentan problemas con nematodos y la mancha alba, una enfermedad que afecta tanto a la soja como al algodón”, explicó Tcach.
Y dijo que, a pesar de estas dificultades, “Brasil ha avanzado en el control de estas amenazas, mientras que en Argentina el foco debe estar en mejorar la calidad del suelo y la eficiencia de los recursos”.
En este sentido, señaló que “los productores brasileños deben realizar hasta 18 tratamientos para plagas y seis tratamientos para fungicidas por cada ciclo de cultivo. En contraste, en Argentina, los productores solo aplican cinco tratamientos para plagas y ninguno para fungicidas, lo que les permite reducir costos en insumos”.
En cuanto a los avances en la lucha contra las plagas, Tcach mencionó que Argentina está realizando estudios avanzados sobre la lagarta rosada, una plaga que generó preocupación en los últimos años. “Desde el INTA, hemos realizado muestreos y estudios genéticos que indican que no hay una ruptura significativa en la resistencia a esta plaga, lo que es una buena noticia para los productores argentinos”, comentó.
OPORTUNIDADES DE MEJORA Y COOPERACIÓN
En cuanto al futuro, Tcach expresó optimismo respecto a las posibilidades de colaboración entre Argentina y Brasil para mejorar la producción de algodón en ambos países. “Tenemos mucho que aprender mutuamente, y los desafíos que enfrentamos no son tan diferentes. En algunos aspectos, Argentina tiene ventajas que debemos explotar mejor, como el menor uso de insumos, mientras que Brasil ha hecho un excelente trabajo en mejorar su organización y eficiencia”, concluyó.