ATARDECER DE UN DIA INUNDADO

La pequeña hija de un productor de la zona de Pampa Somer en zona de Las Breñas, se deja fotografiar por su padre, en presencia de una enorme masa de agua, con el sol como fondo.

Las fotografías hablan por si solas.

El silencio de las palabras deja escuchar el ruido del agua que corre. El chillido de los pájaros sobrevolando,  y al fondo se escucha el ladrido de algún perro solitario, que espera ser rescatado por su amo que está llegando a caballo, porque los caminos están cortados.


Las fotografías las tomaron productores de la zona oeste de Las Breñas, donde el domingo pasado en menos de seis horas cayeron 265 milímetros, inundando campos enteros y llevándose las esperanzas de los chacareros que pusieron todo su esfuerzo en sembrar, criar aves de corral, sostener la hacienda en pie.


Con el sol de fondo, y el agua que corre de noroeste a sureste, inundando campos, sitiando a la población urbana de Las Breñas, forman parte del paisaje de un atardecer en esta parte del Chaco castigada por el agua.


La zona de Las Breñas, capital provincial del Inmigrante, sufre por segunda vez en el año el castigo de la naturaleza. Hay decenas de preguntas sin respuestas rápidas. “Se pudo evitar esto”?; ¿Quienes son los responsables?”, “¿ qué le pasa a la naturaleza?”.


Así, transcurren las horas y también los días. Los productores miran al cielo, y no pierden las esperanzas que este mal momento va a pasar. Y esperan que los pollitos, como lo de Sebastián Alvarez no se mueran todo; ni que la alfalfa de Germán Sanko pierda calidad, ni que tampoco el algodón defoliado de don Pedro, don Juan o de Roberto, se caiga al piso; y espera también Alfredo, César, Adrián y Patricio, que la soja aguante y que no se entregue sin poder ser cosechada. 


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