PROVINCIAS Y MUNICIPIOS APELARIAN A INGRESOS BRUTOS Y TASAS – La encrucijada que se viene

El gobierno nacional caerá principalmente sobre el sector agro exportador, mientras que los gobiernos provinciales caerán mayoritariamente sobre las economías regionales. El gobierno nacional utilizará los Derechos de Exportación, mientras que las Provincias y Municipios utilizarían ingresos brutos y las tasas; respectivamente. Así señala un informe de Economía & Regiones difundido recientemente.

¿Quiénes serían las principales víctimas? Del gobierno nacional, todos. Aunque la soja sería la mayor víctima; tal vez seguida por el trigo y maíz. En el caso de las economías regionales, el panorama está menos claro, pero también sería prudente descontar varias subas.

El sector agro exportador y las economías regionales son serios candidatos a enfrentar mayor presión tributaria en 2020, según un informe de E&R. El estudio aclara que aunque no tenemos dudas que ambos sectores pagarán más impuestos durante el próximo año. Suponemos (no tenemos “inside information”) que todo el sector exportador terminará sufriendo una mayor presión impositiva en 2020. Sin embargo, los aumentos de presión tributaria no serán homogéneos, sino que lo más probable es que sean diferenciales y por sector. La casta política argentina gusta de tratar a los privados en forma diferente frente a la ley, castigando a unos y beneficiando a otros. El derecho deja de ser objetivo y pasa a ser subjetivo, y emana de juicios de valor de los burócratas.

El gobierno nacional caerá principalmente sobre el sector agro exportador, mientras que los gobiernos provinciales caerán mayoritariamente sobre las economías regionales. El gobierno nacional utilizará los Derechos de Exportación, mientras que las Provincias y Municipios utilizarían ingresos brutos y las tasas; respectivamente.

¿Quiénes serían las principales víctimas? Del gobierno nacional, todos. Aunque la soja sería la mayor víctima; tal vez seguida por el trigo y maíz. En el caso de las economías regionales, el panorama está menos claro, pero también sería prudente descontar varias subas.

¿Cuál es la lógica detrás de la suba de impuestos? La expropiación impulsada por la envidia y el resentimiento, pero disfrazada de justicia social y política activa: “el gobierno le saca a los que ganan “mucho” para incentivar el consumo, la demanda agregada y mejorar la distribución del ingreso”.

El problema es que el ingreso primero hay que generarlo, y recién después se puede distribuir. No se puede distribuir lo que no se genera. Y el problema es que Argentina no crece, por lo tanto, no genera ingreso; y en consecuencia no tiene qué distribuir. Los datos son concluyentes. Comparado 2019 contra 2015 (-8%) y 2011 (-12%), hay una importante caída del PBI per cápita y una tendencia

¿POR QUÉ NO CRECE ARGENTINA?

Porque el sector público ahoga al sector privado no dejándolo hacer negocios y ganar dinero. El sector privado está ahogado por un sector público cuya envergadura se le hace imposible financiar. Y la prueba es que los impuestos, la inflación y la tasa de interés récord, que son las tres variables a través de las cuales se financia el sector público ahogando al sector privado, son las que matan la producción, la generación de riqueza y la creación de empleo.

El sector privado es quien genera riqueza en la economía. Si el sector privado no puede hacer negocios, ni ganar dinero, porque está ahogado por el Estado, no tiene incentivos a invertir. Sin inversión no hay acumulación de capital, generación de mayor riqueza, ni crecimiento económico. Lo mismo sucede si el sector privado gana dinero, pero sabe que más temprano que tarde le caerá el sector público “encima” y le arrebatará gran parte de sus ganancias. Es decir, tampoco invertirá.

En pocas palabras, hay que entender que un sector privado que no invierte, no acumula capital. Y sin acumulación de capital no puede haber expansión de la frontera de producción, ni mejoras de productividad, con lo cual no puede haber crecimiento. Y sin crecimiento no se crean puestos de trabajo. Y sin creación de puestos de trabajo, no crece la demanda laboral y el salario real (con población creciendo) cae.

consecuentemente nuevos puestos al trabajo. Sólo con menos Estado, menos gasto, menos impuestos y mejor resultado fiscal el ahorro aumentará y habrá más crédito, más barato, para financiar más inversión, más acumulación de stock de capital y crecimiento económico.

A ciencia cierta todavía nadie sabe que va a hacer el próximo gobierno, pero si nos guiamos por los dichos y el pensamiento de los principales referentes económicos de Alberto Fernández, lo más sensato sería pensar que el próximo gobierno aplicará un conjunto de medidas tendientes a impactar negativamente en la tendencia de mediano y largo plazo del crecimiento económico.

Por el lado fiscal, hay que esperar más Estado, más gasto, más subsidios y más impuestos. Más impuestos al capital y más impuestos a las exportaciones. Más incentivación del consumo y de la demanda agregada, lo cual se traduce en menos ahorro, menos inversión y peor performance en materia de crecimiento. Por el lado monetario, hay que esperar más emisión que, en un marco de caída de la demanda de dinero, terminará siendo mayor desequilibro monetario e inflación, con lo cual menos inversión, acumulación de capital y crecimiento.

Desde nuestro punto de vista, la política fiscal expansiva y de estimulación de la demanda agregada podría generar, en el mejor de los casos, un pequeño rebote de corto plazo que más temprano que tarde terminará implicando (necesariamente) mayores costos en el mediano y largo plazo.

Paralelamente, la política de control de precios y salarios, que se aplicará junto con una política monetaria expansiva, “a lo sumo” podrá lograr una estabilización transitoria de corto plazo, que más temprano que tarde se abortará convirtiéndose en mayor inflación.

En pocas palabras, en el mejor de los casos podría haber (a lo sumo) un veranito pasajero y fugaz, que se agotaría rápidamente. Es más, dudamos del alcance y la profundidad de este veranito, pero no dudamos de que el escenario terminará complicándose. Lo más sensato sería descontar una tendencia con más inflación y peor nivel de actividad en el mediano plazo.

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