El pasto tangola—dicen los especialistas—es una muy buena oportunidad para la ganadería del Chaco y Formosa.
Se trata de una forrajera híbrida originaria de Brasil, y ha comenzado a establecerse en los sistemas ganaderos de las provincias del Chaco y Formosa, gracias a sus características únicas.
Esta especie es especialmente tolerante a suelos encharcables y pesados, lo que la convierte en una opción ideal para los ganaderos locales.
Desde hace algunos años, varias Estaciones Experimentales Agropecuarias (EEAs) pertenecientes al Centro Regional Chaco Formosa, han iniciado el desarrollo de semilleros locales con especies de reproducción agámica como el Tangola.
La importancia de esta iniciativa reside en que el pasto no produce semillas viables; su propagación depende exclusivamente de guías. Recientemente, productores asociados a la Asociación Civil Pampa Zanata de Las Breñas, se mostraron interesados en probar este cultivo debido a su potencial para adaptarse a las características ambientales específicas de sus establecimientos.
Para abordar esta inquietud, se llevó a cabo una reunión informativa donde se discutieron las ventajas del pasto tangola y se acordó un trabajo conjunto: cada productor construirá semilleros en sus chacras con miras a aumentar la superficie dedicada al cultivo forrajero.
“Este espacio nos permitió indagar sobre las necesidades actuales respecto a las pasturas”, comentó la jefa de Agencia AER Las Breñas Alejandra Ledda. “Además, quedó abierta una agenda de trabajo para explorar cómo incorporar nuevas especies según cada ambiente”.
Los productores interesados en comenzar con este proceso pueden acercarse a las agencias de extensión del INTA para recibir asesoramiento y recursos necesarios.
La implementación del pasado tangola promete no solo mejorar los índices productivos sino también contribuir al desarrollo sostenible de la ganadería local. La responsable del área de pasturas y alfalfa del INTA Las Breñas y AER General Pinedo es la ingeniera Jessika Cavalieri.