Sin abejas, no habría alimentos

No es una frase al pasar, es una conclusión a la que se arriba desde la ciencia.

Las abejas son mucho más que un pequeño insecto con el que los seres humanos compartimos el planeta, pues son las encargadas de polinizar vegetales en parcelas cercanas a sus colmenas, lo que contribuye a mejorar la biodiversidad, para que después, los polinizadores como pájaros, mariposas y murciélagos transporten el polen de flor en flor para fertilizar a las plantas. Este proceso permite la germinación de semillas y el crecimiento de frutos, es decir, sin abejas no habría alimentos.

Este año, el Día Mundial de las Abejas cayó en un momento excepcional en la historia, mientras numerosos países siguen enfrentándose a los amplios efectos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19). Con ocasión de la cuarta celebración de este Día Internacional, la FAO organizó un acto virtual el 20 de mayo de 2021 sobre el tema “Compromiso con las abejas: reconstruir mejor en beneficio de las abejas”.

El acto fomentó la cooperación y solidaridad mundiales para combatir las amenazas planteadas por la pandemia de la COVID-19 a la seguridad alimentaria y los medios de vida agrícolas y priorizar al mismo tiempo la regeneración medioambiental y la protección de los polinizadores. Constituyó una ocasión para concienciar sobre el modo en que todos nosotros podemos contribuir a respaldar, restablecer y mejorar la función de los polinizadores.

Ahora es el momento de repensar nuestra relación con la naturaleza y los polinizadores y las medidas que podemos tomar para apoyar a estos pequeños pero abnegados trabajadores y los medios de vida de millones de personas que las abejas, a su vez, respaldan.

Las abejas, que están entre las criaturas más laboriosas del planeta, llevan siglos beneficiando a las personas, las plantas y el medio ambiente. Al transportar el polen de una flor a otra, las abejas y otros polinizadores no solo posibilitan la producción de una abundancia de frutas, frutos secos y semillas, sino también más variedad y mejor calidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la nutrición.

Algunos polinizadores como las abejas, las aves y los murciélagos inciden en el 35 % de la producción agrícola mundial, elevando la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios del mundo, y de muchos medicamentos derivados de las plantas. El 75 % de los cultivos de todo el mundo que producen frutas o semillas para uso humano como alimento dependen, al menos en parte, de los polinizadores.

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