El año cerraría con una caída en el empleo privado registrado de Argentina. No obstante, los salarios reales muestran un repunte tras alcanzar durante enero un nivel bajo, dice un informe hecho por Franco Ramseyer y Emilce Terré para la Bolsa de Comercio de Rosario.
El año 2024 está llegando a su fin y ha sido desafiante en términos macroeconómicos: reequilibrar las cuentas fiscales, disminuir la tasa de inflación, reducir la brecha cambiaria, han sido algunos de los desafíos con los que se enfrentó la actual gestión en su primer año de gobierno.
En la presente nota se analiza el desempeño del mercado laboral privado en este contexto.
En primer lugar, resulta relevante evaluar la dinámica del empleo en el sector privado registrado durante el año 2024. La economía argentina venía atravesando una recesión desde mayo de 2022, la cual se agudizó considerablemente entre noviembre de 2023 y febrero de 2024, en medio de la escalada inflacionaria que llegó a ascender hasta un 25,5% mensual en diciembre.
Durante el primer semestre de 2024, el sector privado registró una disminución en los puestos de trabajo, situación que comenzó a estabilizarse a partir de julio, de acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).
En base a proyecciones propias para los meses restantes, es posible estimar que la pérdida total de trabajos privados registrados en el año 2024 sería de alrededor de 120.000 puestos. De esta manera, 2024 cerraría con una pérdida neta de empleos privados. A pesar de ello, la caída sería menos profunda que la del año 2018 (-129.000), 2019 (-147.000) y 2020 (-195.000), siendo este último año atípico como resultado de la pandemia mundial de COVID-19.
Es también pertinente comparar la dinámica de generación y pérdida de empleo durante las últimas fases recesivas de la economía argentina. De acuerdo con el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de Argentina (ICA-ARG), elaborado por el CICEc, las últimas fases recesivas del ciclo económico argentino han sido los períodos: a) noviembre 2011 – abril 2012, b) agosto 2013 – agosto 2014, c) julio 2015 – junio 2016, d) noviembre 2017 – mayo 2020 y, de manera provisoria/1, mayo 2022 – marzo 2024.
El empleo asalariado del sector privado registrado suele acompañar el ciclo económico argentino, aumentando durante las expansiones y disminuyendo en las recesiones.
Sin embargo, la última recesión, entre mayo de 2022 y marzo de 2024, mostró un comportamiento atípico, con una creación neta de 187.644 empleos privados registrados (a pesar de que, entre agosto de 2023 y marzo de 2024, a medida que la recesión se profundizaba, se perdieron 82.101 empleos).
Comparativamente, durante la recesión de 2017-2020, única de las últimas cinco con una duración similar, se perdieron 240.334 empleos en un período equivalente, incluso antes de la pandemia.
Analizando la variación mensual promedio en las últimas fases recesivas, se observa: -7.104 empleos en 2011-2012, -1.341 en 2013-2014, -7.903 en 2015-2016, -16.492 en 2017-2020 y +8.529 en 2022-2024, destacándose la creación neta en esta última.
En síntesis, en 2024 se habrían perdido aproximadamente 120.000 empleos privados registrados.
Sin embargo, la recesión entre mayo de 2022 y marzo de 2024 en su conjunto no implicó una disminución neta en el empleo privado, sino que se caracterizó por caídas en otras dimensiones clave de la economía: salarios reales, recaudación fiscal, construcción, producción industrial y ventas minoristas, entre otros indicadores.
A continuación, se analiza la evolución reciente de los salarios reales, un aspecto relevante tanto para el bienestar de los trabajadores como para su incidencia en la demanda agregada del país.
Como puede observarse en el gráfico, los salarios reales del sector privado registrado se encuentran en una tendencia decreciente desde mediados del año 2013.
En los últimos años, el poder adquisitivo de los mismos comenzó a sufrir una rápida disminución a partir de febrero de 2023, la cual se fue acentuando a medida que las tasas mensuales de inflación iban en aumento, superando mes a mes a los incrementos salariales.
Entre enero de 2023 y enero de 2024, el promedio de los salarios reales del sector privado se contrajo en un 15% y alcanzó su mínimo nivel en cerca de 19 años.
En el transcurso de este año, a medida que las tasas de inflación fueron disminuyendo en magnitud, se logró que el poder de compra del salario se recomponga, aumentando un 13% entre enero y octubre de 2024.
Con el último dato disponible, el salario real privado se ubicaba un 2,6% por debajo del valor promedio en el período 1995-2023.
Asimismo, en comparación con el máximo registro de la serie, alcanzado en mayo de 2013, los salarios reales se encuentran un 22% por debajo.
Su evolución futura dependerá de varios factores: la evolución de la tasa de inflación, la productividad laboral, las negociaciones salariales, y la posibilidad de que la economía continúe en la senda de recuperación en la que logró posicionarse en los últimos meses.
Se requieren dos condiciones técnicas para considerar un cambio de fase del ciclo: que la fase tenga una duración de, al menos, seis meses; y que el ciclo completo (es decir, el encadenamiento de una fase expansiva y una recesiva) dure, al menos, dieciocho meses. Con los datos disponibles, la primera de estas condiciones se considera cumplida, dando la posibilidad de fijar un valle de manera provisoria.