Sangre de agricultor, modelo 2.0, Iván Capitanich apuesta fuerte al algodón

Iván es muy particular. Tiene un afecto muy especial por el campo. Abierto al diálogo, siempre dispuesto a charlar, pero siempre arriba de un tractor ó de una máquina.

“Tengo 31 años, vengo de una familia que es agricultora desde siempre. Mis abuelos ya eran agricultores así como mi padre”, cuenta a Agroperfiles.

Ivan Capitanich junto a su esposa y su bebé, en medio del algodonal chaqueño

“ME CRIE EN EL CAMPO”

“Me crie en el campo e hice la primaria y secundaria en la escuela y colegio que estaban a 300 metros de mi casa”, recuerda Ivan.

“Toda mi infancia y adolescencia estuvo vinculada a la vida rural, luego me fui a estudiar Agronomía en Corrientes, pero cada vez que podía, volvía para ayudar a mi padre y mi a mi hermano Leo, porque en verdad, los porque extrañaba un montón el campo”, relata emocionado en diálogo con este portal, en una historia de vida que muestra la evolución y el empuje que los jóvenes le dan a las tareas agropecuarias.

RECIBIDO DE INGENIERO, CON EL ALMA EN EL CAMPO

“Cuando me recibí, estuve viviendo un tiempo en Sáenz Peña, y después en Campo Largo, pero mi sueño siempre era vivir en el campo nuevamente”, dice totalmente convencido que hay que luchar por los sueños y por estar siempre con la familia.

“Hoy por  hoy, lo pude hacer y ya hace casi un año que vivo en el campo, junto con mi esposa Noelia, y mi hijo de 1 mes. Y la verdad que estoy muy feliz”, expresa.

Así que si tengo que explicar que es lo que me impulsa a trabajar en el campo diría que es algo que hice toda mi vida, con mi familia y es natural para mí, y no concibo otra forma de vivir que no sea trabajando en el campo”.

El ingeniero Ivan Capitanich con su padre, Héctor, y su hermano mayor Leonardo, con el blanco algodón de fondo.

EL APOYO DE LA FAMILIA

Para Ivan Capitanich, el apoyo de la familia “es súper importante”, y a su vez “es mutuo porque estamos todos involucrados al campo”.

Cuanta el joven productor e ingeniero agrónomo, que lograron constituir una  empresa agropecuaria integrada por su padre Héctor, su hermano mayor Leonardo, yo que soy el asesor técnico, mi hermana Gisella que es la que se dedica a la administración y mi hermano más chico Wilnan que va al colegio todavía pero igual cada vez que puede nos ayuda”, comenta.

Ivan está orgullo de sus seres queridos. “Mi esposa Noelia me ayuda con el manejo de la información de los lotes y tareas. Mi mamá Liliana es el apoyo fundamental en todas las actividades que estamos realizando,  también mi cuñada Lorena que si bien es profesora de la EFA está al pie del cañón cada vez que tiene un tiempito”.

Así, los lazos familiares se fortalecen. Se los ve codo a codo, apoyándose en todo momento.

EL ALGODÓN, EL CULTIVO EMBLEMA

El algodón es fundamental en nuestra región porque es el cultivo que mejor se adapta a nuestras condiciones ambientales tan cambiantes de un año a otro, dice Ivan. A su vez considera que tiene mucho potencial porque “con los buenos manejos que venimos haciendo los productores ya sea  con las rotaciones con gramíneas y leguminosas para mejorar los suelos, uso óptimo de herbicidas e insecticidas y también gracias a las  nuevas variedades que hoy se encuentran en el mercado podemos potenciar más y más los rindes y de esa manera obtener más rédito económico y crecer como provincia”.

EL ROL DE LOS JOVENES

Creo que los jóvenes están volviendo a involucrarse en el campo como lo hacía la generación de mis padres o mis abuelos, opina. El Chaco fue y es una provincia muy ligada a la agricultura y si en un momento de la historia los jóvenes dejaron de involucrarse fue porque la situación económica para el campo era mala y no les quedaba otra alternativa, considera.

 Hoy por hoy la situación cambió gracias al sacrificio de  productores de todas las edades para que el campo sea rentable nuevamente, los jóvenes de esa manera tenemos un panorama más alentador y nos permite seguir creciendo y desenvolvernos más libremente como empresarios”, dice convencido el joven productor, mientras en el fondo se observa a Héctor Capitanich, su padre, encender el fuego para tirar en la parrilla luego el asado en tira.

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