En diálogo con AgroPerfiles Radio, el reconocido periodista agropecuario y director de Bichos de Campo, Matías Longoni, compartió una visión crítica sobre las recientes medidas del gobierno nacional respecto a las retenciones. En un contexto donde el sector esperaba definiciones más claras y políticas más profundas.
“Las promesas no se cumplieron”.
“Javier Milei prometió retenciones cero desde el primer día. También dijo que si debía mantenerlas, implementaría un sistema de bonos para compensar a los productores. No hizo ninguna de las dos cosas”, disparó Longoni al ser consultado sobre la prórroga en la rebaja temporal de retenciones.
Para el periodista, esta medida es “una gestualidad de bajo costo fiscal” pero de alto rédito político. “Ya no estamos discutiendo cuándo van a bajar las retenciones, sino cómo no van a volver a subir. Esa es la trampa dialéctica. Y mientras tanto, no hay condiciones objetivas para que el negocio agrícola tenga rentabilidad este año”.
“El campo es la variable de ajuste”.
Longoni fue contundente: “El campo y la salud de los productores siguen siendo variables de ajuste del equilibrio fiscal”. Y añadió que, si bien el costo fiscal de mantener la baja en retenciones a la cebada y al trigo ronda los 40 o 50 millones de dólares, “el beneficio político de mostrarse como un gobierno que cumple es mucho más grande, sobre todo en un año electoral”.

Dirigencia agropecuaria: entre la pasividad y la complicidad.
Consultado sobre el rol de la dirigencia agropecuaria, el periodista fue contundente: “Tiene una actitud pusilánime. Se ha subido a festejar un gobierno ideológicamente afín que, si bien ya no los agrede, tampoco les da respuestas. Y entonces Milei gana tiempo”.
Según Longoni, en junio cuando venza la prórroga de la rebaja de retenciones para soja y girasol, el gobierno mantendría la alícuota en 26%. “Te roben tres camiones o cuatro, es lo mismo. Es un robo, y eso expulsa a muchos productores de la rentabilidad”, señaló. Además, criticó a los dirigentes por no levantar la voz: “No digo que protesten, pero al menos podrían sacar un comunicado diciendo: ‘Macho, cumplí. Nos estás mintiendo’”.
Retenciones y la trampa de los gestos.
Para el periodista agropecuario, medidas como mantener una alícuota en 9,5% para cebada y trigo no son suficientes. “No es lo que el agro necesita. El agro necesita señales claras y contundentes, no gestos mínimos. Hay que cambiar la lógica de recaudar sobre los mismos de siempre y apostar a producir más. Es tan sencillo como eso”.
Además, consideró que el gobierno logra sostener este esquema porque “los dirigentes agropecuarios le aplauden todo” y “el productor genuino está quedando fuera de carrera”. El juego político, según Longoni, ya está montado: “En Palermo lo van a aplaudir como el gobierno que está dando respuestas. Pero en el medio pasaron dos años sin baja real de presión fiscal”.
“El dilema es tan sencillo como eso: cambiar la lógica y apostar de una vez por todas a la posibilidad de producir más, para que el ingreso venga por mayor producción y no por presión excesiva sobre los mismos actores”, sostuvo.
En ese sentido, remarcó que se aproxima una competencia desigual por los campos alquilados: “Van a competir por los campos que alquilan y que a ellos no les han dado rentabilidad. Producir en campos alquilados con grandes fondos de siembra, que tienen todos los mecanismos para ingresar dólares desde cualquier otro sector económico, recalientan el mercado de alquileres y dejan fuera a muchos productores genuinos”.
El “hueso” del trigo y las promesas que no llegan.
“Me parece muy ingenua la posición. ¿Qué va a terminar pasando? Que el 30 de junio Caputo, como anunció, mantiene la ‘gentileza’, el ‘hueso’ que le tiraron al campo —según definición del propio Milei—, la baja de retenciones al trigo y cebada. Y la va a extender al resto de los cultivos, y en Palermo lo van a aplaudir como el gobierno que da respuesta al agro”, dijo, y agregó: “Mientras tanto, pasaron dos años de gobierno. El tema se estira, se anula la posibilidad de discusión en Diputados, donde se trataba un proyecto de baja desde 2026. Ya no va a haber debate. Total, ‘Milei está cumpliendo’, esa será la lectura que circula en la Ciudad, en la política y los medios”.
Mientras tanto, en el interior profundo, la realidad es otra: “El productor ajustándose el cinturón para ver cómo vuelve a sembrar en la campaña 25-26. Se nota el divorcio entre lo que piensa una buena porción del agro —porque también hay productores que todavía confían en Milei—, pero la presión fiscal no bajó”.
“Una retención del 26% con una soja a 350 es más dañina que una retención del 33% con una soja a 450. Estás haciendo lo mismo que hacía Cristina. No te importa la salud de cada chacarero ni mantenerlo en carrera. Lo que te importa es recaudar. Esa es la discusión de fondo: ¿cuándo cambia la lógica hacia el sector productivo? Por ahora no ha cambiado. La prioridad sigue siendo fiscal”.
Algodón, miel y economías invisibilizadas.
En otro tramo de la entrevista, se abordó la crítica situación del algodón y otras economías regionales. “En el norte argentino, el algodón la viene remando en aguas muy duras. Es un cultivo regional que aporta mucho, pero no existe en las agendas nacionales”.
“El día de la miel pasó sin ninguna referencia oficial. Entré al sitio del Ministerio de Agricultura y no había ni una mención. Supongo que si busco datos del algodón también me va a costar encontrarlos. Está claro que este gobierno está concentrado en la macro, disciplinando todos los resortes. Dejaron de lado discusiones que antes al menos existían, aunque fueran malas”.
La crítica apunta a una falta total de brújula: “A las economías regionales les interesa un bledo. La macro es negativa para el sector: tipo de cambio atrasado, altos costos, sin discusión impositiva. “No veo a nadie discutiendo el algodón, ni economías regionales, ni la salud de los productores”.
Concentración de poder y silencio técnico.
La designación de funcionarios también fue cuestionada: “Esto lo advertí en febrero del año pasado, cuando degradaron la Secretaría de Agricultura y colocaron a Iraeta, concuñado de Juan Passó, amigo personal y socio de Luis Caputo, ministro de Economía. Si los algodoneros son recibidos por Iraeta, tenés cuatro filtros arriba para llegar a quien decide: Milei”.
“Esto implica un gobierno absolutamente concentrado. Y Milei no debe tener idea de que en el Chaco se hace algodón. Me da lástima. La política agropecuaria está en manos de escribanos que trasladan las decisiones macro, sin intención de corregir los daños colaterales en las economías regionales. Solo buscan ganar tiempo”.
El rol de los gobernadores
Se discutió el rol de los gobernadores ante esta realidad. “Lamentablemente, no me gusta el papel que han estado haciendo los gobernadores. Todo sigue dependiendo de la buena onda con el núcleo de poder en Buenos Aires. Y no se notan prioridades agropecuarias. No discuten retenciones, no colocan la situación del agro en agenda. Están tratando de sostener la paz social, pero sin estrategia productiva”.
“Cuando uno discute cosas como el INTA, que son temas nacionales, o las retenciones, que también responden a una lógica nacional, es inevitable advertir la ausencia de políticas activas que mantengan el tejido productivo y laboral del interior”, sostuvo.
Uno de los puntos más críticos señalados fue el atraso cambiario, que afecta negativamente a las exportaciones y, al mismo tiempo, habilita el ingreso de productos importados que compiten de forma desleal con la producción nacional. “Hoy vemos cómo entran naranjas de Egipto o manzanas de Chile que masacran el mercado local, cuando acá hay producción nacional en condiciones de ser consumida”, remarcó.
Además, apuntó contra el desmantelamiento de reglas históricas en sectores clave, como el de la yerba mate. “La desregulación es un ejemplo clarísimo: el Gobierno decidió no designar autoridades ni fijar precios, pulverizando un negocio que funcionó con reglas claras durante 20 años”, denunció.
Sobre el caso del INTA, advirtió que la reacción política llegó tarde: “El ajuste en el INTA comenzó hace un año y medio. Hoy los mejores investigadores ya se buscaron trabajo en el sector privado porque el Estado no les garantizó estabilidad. Lo que vemos ahora es una impostura política. Ya no se salva a nadie”.
En relación a las retenciones, fue contundente: “Estamos viendo a los gobernadores sacarse fotos y repetir frases hechas como que ‘la región centro siempre apoyó al productor’, pero no hay políticas consensuadas reales para ponerle límites al Gobierno”.
Criticó, además, la falta de voluntad en el Congreso, donde un posible avance legislativo quedó trunco: “Se cayó la discusión de un proyecto sobre retenciones en la Comisión de Agricultura porque pactaron los diputados de La Libertad Avanza con los del kirchnerismo. Así no cambian las lógicas”, apuntó.
Finalmente, dejó una reflexión que resume su diagnóstico del panorama actual: “Los gobernadores repiten la película que ya vimos durante muchos gobiernos kirchneristas: subordinación total. La prioridad sigue siendo la subsistencia política individual antes que la defensa real de los temas del campo. Aguantemos, que ya va a llegar… y así se nos pasa la vida.”