PRODUCIR CERDOS EN PEQUEÑA ESCALA, CON COSECHA PROPIA, TIENE UN COSTO DEL 60%

El caso de Anibal Kek, un pequeño productor de cerdos de Villa Angela, que siembra, cosecha con máquina propia, sin personal a cargo, solo en alimento y vacunas, que logra que el costo para producirlos ronde el 60% . “Si tengo que comprar maíz de la forrajería, sería inviable el proyecto productivo”, dice en diálogo con Agroperfiles.

Kek es un productor que junto a su familia, siembran maíz y sorgo: “Transformamos esos granos en carne, de pollo o de cerdo y también fortalecemos la cría de gallinas ponedoras para la producción de huevos para consumo, y eso es algo que anda muy bien, se vende todo en el mercado local”, cuenta a Agroperfiles.

El aprovechamiento que hacen de la materia prima, es una de las actividades que le permiten encarar otros objetivos a Aníbal, a Marlén, su esposa, a su padre, Héctor “Pachi” y su madre, Marisa, que son los encargados de hacer que su campo produzca lo necesario no solo para subsistir sino para que la mayoría excedente, sea colocada en el mercado local.

Tienen la idea firme de desarrollar y fortalecer un esquema productivo diversificado. “Ojalá esto sirva para que otros productores se animen a salir del encadenamiento de cualquier cultivo ó monocultivo que le resulte no rentable, porque cuando tiene poca tierra, todo es mucho más dificil”, dice.

UN CALCULO REALISTA

En lo que es producir cerdos, tomando como referencia el precio pizarra de Rosario para el maíz, “tenemos un 60% de costos, tomando en este cálculo alimento y vacunas, sin contar mano de obra ni reparación de instalaciones”.

Dice que con un promedio de 60% de costos, “todavía nos sirve teniendo el maíz, haciendo nosotros la cosecha con máquina propia, y con instalaciones ya hechas,  es viable, pero siempre con los numeros finos, ahí, en la cornisa”, dice.

Cuenta que “los cerdos de acuerdo a mi experiencia, dependen mucho a campo de algunas condiciones, como cuando están semiconfinados, del clima, porqiue les afecta mucho calor o mucho frio, tienden a variar la crianza, cuando hace calor, dejan de comer y toman más agua”.

COSECHANDO EL MAIZ

Anibal llevó de copiloto a su hijo en la cosecha de maiz este sábado. Es un lote que se sembró a mitad de noviembre “porque no se pudo implantar en agosto y septiembre, pero era una necesidad que teníamos para transformarlo en comida para animales”, cuenta.

Reconoce que “sabíamos que era un poco tarde, pero igual logramos 600 kilos por hectárea para tener hasta la próxima cosecha de maíz que estaremos cerca de julio”.

Estan sacando algo aproximado a lo que esperaban en cuanto a rinde. “Es para hacer cerdos y pollos, teniendo la maquina si no haces tu propio maiz , los números son muy finos, si tenés que comprar el maíz en la forrajeria, no se puede, sería inviable”, asegura.

TRABAJO FAMILIAR

En el campo, los Kek “trabajamos nosotros, la familia, mis viejos, yo y mi señora” y eso los obliga a ser maquinistas, tractoristas, jardineros, cocineros, faenadores. “Hacemos todo nosotros porque nuestra capacidad es esa, y vivimos bien”, señala.

Marlen, su esposa, hace de tractorista, de mecánica, y junto a su suegra Marisa son las encargadas de cumplir al pie de la letra con las comidas tradicionales cada fin de semana.

“Hacemos salamines, chorizos y salames caseros, con buen estacionamiento y en buenas condiciones sanitarias”,  se jactan las mujeres de casa.

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