Para mejorar suelos degradados, usan carbonilla de madera
En un ensayo realizado en el Campo Experimental del INTA Santiago del Estero, se está evaluando el impacto de la carbonilla en suelos bajo producción hortícola de cebolla, con el objetivo de mejorar las condiciones físicas y químicas de suelos degradados por el uso agrícola ofreciendo una solución sostenible y potenciar el destino comercial de la carbonilla en el contexto de una de las regiones de mayor producción de carbón vegetal en el país.
La innovación y el aprovechamiento integral de los recursos disponibles pueden ser la clave para transformar un subproducto tradicionalmente poco usado en una herramienta valiosa para la agricultura.
Este estudio no solo promete mejorar los rendimientos hortícolas, sino también aportar a la sostenibilidad y recuperación del potencial productivo de suelos en una región clave para la producción agropecuaria regional.
Cabe resaltar que la región del Chaco semiárido, en el noreste de Argentina, se erige como el principal epicentro de la producción de carbón vegetal en el país.
CHACO Y SANTIAGO DEL ESTERO: 370 MIL TONELADAS
En un análisis exhaustivo de los datos estadísticos del periodo 2007-2017, se revela que las provincias del Chaco y Santiago del Estero concentran el 92% de la producción nacional, con un 67% y un 25%, respectivamente, sobre un total de 378.219 toneladas anuales.
Esta industria, fundamentalmente de carácter familiar y de pequeña escala, se sustenta en la operación de entre uno y tres hornos por unidad productiva, y representa más del 60% de la producción total.
En este proceso, la transformación de la madera en forma de leña, en carbón, empleando la tecnología tradicional con hornos de ladillo tipo media naranja, tiene un rendimiento en el orden de 17 al 20 %. Es decir que de cada 100 kg de leña introducida en el horno se obtiene entre 17 a 20 kg de carbón utilizable comercialmente, principalmente en la cocción de alimentos.
LA CARBONILLA, UN SUBPRODUCTO
Sin embargo, actualmente, no todo el material que resulta de esta transformación es usado en forma masiva y comercializable. La carbonilla es un subproducto de la producción de carbón y tiene un diámetro inferior por pieza de 1 cm. Este subproducto ha sido tradicionalmente desechado o empleada principalmente en la construcción domiciliaria como aislante. Pero este residuo está encontrando un nuevo valor en la cadena productiva agrícola, ganadera y forestal como enmienda en suelos agrícolas y en el tratado de residuos orgánicos de la producción pecuaria; como por ejemplo feed lots, criaderos de cerdos, etc.
EL INTA INVESTIGA SI PUEDE SERVIR COMO FERTILIZANTE
Bajo estas premisas, en el INTA Santiago del Estero se ha comenzado a explorar experimentalmente la posibilidad de utilizar la carbonilla como un fertilizante fosforado. En un ensayo realizado en el Campo Experimental del INTA, 30 km al sur de la capital provincial, se está evaluando el impacto de la carbonilla en suelos bajo producción hortícola de cebolla, comparándola con el fosfato monoamónico, un fertilizante químico de síntesis, y con la “cama de pollo”, un subproducto de la industria avícola.
Este ensayo, se financia bajo el marco del Proyecto Estructural del INTA “Abordaje para la prevención y mitigación de la degradación ambiental”, Proyecto Nacional de INTA sobre “Sistemas silvopastoriles implantados y MBGI”, PEI058 “Intensificación sostenible de los agro ecosistemas de la región chaqueña en el contexto climático actual” y Proyecto de extensión universitaria. Carbón bioactivado y bioestimulanates, sumando actores alianza estratégica entre Productoras de Carbón Vegetal y Huerteros Agroecologico (EU71-UNSE17099).
Tiene como objetivo no solo potenciar el destino comercial de la carbonilla, sino también mejorar las condiciones físicas y químicas de suelos degradados por el uso agrícola. Las evaluaciones preliminares apuntan a mejorar el potencial productivo de estos suelos, ofreciendo una solución sostenible y económicamente viable para productores de la región.