ORIGEN LEGAL DE LA SEMILLA DE ALGODON: UN COMPROMISO DE TODOS
Por Alejandro Fried (*)
El inicio de la campaña 2017/18 para el cultivo del algodón muestra signos muy alentadores, con proyecciones de intención de siembra que hasta duplicarían la cantidad de hectáreas del último año. Esto es el reflejo de un conjunto de hechos que han vuelto a poner al algodón en el foco productivo del NEA y NOA. Las condiciones de los mercados -local e internacional- que vaticinan buenos resultados para los productores y la recreación de un nuevo ambiente institucional y de negocios muy proactivo, son los aspectos claves para esta recuperación del cultivo.
Sobre el ambiente institucional merece destacarse el fuerte impulso del gobierno nacional en los temas sanitarios (lucha contra el picudo), de genética y en la comercialización de fibras. También, y no menos importante, el rol de los gobiernos provinciales en el sostenido apoyo a los pequeños productores y en la construcción de espacios de diálogo entre todos los actores de la cadena. La realización del Primer Congreso Internacional del Algodón, organizado en forma conjunta por el Gobierno de Chaco y el INTA de Saenz Peña fue una muestra fehaciente de ello.
La cuestión genética es uno de los grandes desafíos del sector. Argentina tiene un atraso de al menos dos generaciones en tecnologías, ya que desde hace casi diez años no hay nuevos eventos y desde hace cuatro, que no se lanza una nueva variedad comercial al mercado.
Este año el Gobierno Nacional, buscando brindar un marco de control tanto a la adquisición de semilla, como a quien utiliza semillas de producción propia, aprobó la Resolución 579/17 del INASE, que obliga a productores de algodón a declarar el origen de la semilla utilizada, a comercializadores a informar las ventas, y a procesadores a indicar los datos de quienes remitan semilla, su variedad, volumen y destino.
La iniciativa tiene por objeto: i) potenciar el rendimiento del cultivo a través de la incorporación de avances tecnológicos; ii) establecer un marco de vigilancia y control en lo que se refiere a la cadena de adquisición de semilla y en particular, el uso propio; iii) verificar la legalidad de la adquisición de la semilla; y iv) buscar un equilibrio entre los derechos de los agricultores y de los titulares de las variedades utilizadas
El marco legal vigente para el comercio de semillas es concluyente: todo productor que mueva desde su campo la semilla ya sea por el desmote y/o para su procesamiento, debe contar con la autorización del obtentor de la variedad (Res. 35/96).
Para lograr ir avanzando en el proceso de mayor transparencia y legalidad en el mercado, tanto de semillas, como de fibra, es fundamental el compromiso de cada uno de los integrantes de la cadena algodonera. En este marco, Gensus, como empresa semillera, está decidida a acompañar a los productores algodoneros ofreciendo semillas de calidad certificada y también mediante esquemas de Opción de Renovación de Licencias (ORL) que faciliten la declaración del origen legal de la semilla evitando inconsistencias con las declaraciones que el productor debe realizar a través del Registro de Usuario de Semillas todos los años.
El algodón toma un nuevo impulso en el norte argentino. Están todas las condiciones de recuperar todo su brillo y esplendor, se percibe un genuino entusiasmo en los productores, en la investigación, en la industria semillera, textil y también en fortalecimiento institucional y acompañamiento de los gobierno nacional y provincias.
Se debe aprovechar este momento para ordenar al mercado y combatir la ilegalidad de la bolsa blanca, condición imprescindible para que vuelva la tecnología y se invierta en nuevas variedades que multipliquen la oferta semillas de calidad y que nos devuelva al virtuoso camino que supo liderar el algodón en Argentina.
(*) Director de Gensus S.A.