“Me cansaron las derivas…no hago más algodón”
El crudo testimonio de un productor algodonero de la zona de Las Breñas, Chaco, que dejó de sembrar algodón como consecuencia del daño provocado por la deriva de productos hormonales.
Dice estar “cansado de la inacción y de la falta de controles” ante los daños provocados por la aplicación de productos hormonales en campos de soja y que por su volatilidad, “y en tiempos de falta de lluvias, han hecho daño tremendo en los algodonales”, contó a Agroperfiles el productor Sergio Struss, que tiene su campo al oeste de Las Breñas.
“Me duele mucho dejar el algodón porque es una pasión, pero me cansé de hacer denuncias, de tomar fotos, de que las plantas cítricas se achicharren, y en los algodonales en la campaña anterior fue de terror porque no hubo lluvias, y entonces no se lavó el hormonal y complicó los lotes, o ojalá que en esta gestión tomen cartas en el asunto porque yo quisiera seguir sembrando algodon”, narró el productor.
A la par, se quejó que del Ministerio de Ambiente de la provincia, “en la anterior gestión ni siquiera vinieron a ver, no te dan bolilla, pero cuando querían molestar o cobrar multas porque llevas tu mosquito de un campo a otro, te paran en los caminos, enseguida, pero cuando tienen que actuar como en el caso de los hormonales, miran para otro lado”, dijo enfáticamente.
“TRES PLAGAS: PICUDO, HORMONALES Y LOS PRECIOS”
El algodón es un cultivo apasionante, genera muchos puestos de trabajo y genera dinero en los pueblos, dice Struss, pero se quejó que tiene “tres plagas: el picudo, los hormonales y los precios que te pagan”.
Dijo que “estos dos últimos factores en mi caso, me empujan a dejar el algodón y es que nos están matando con las derivas de 24 d y otro que los precios a la hora de la cosecha son una timba, cada desmotadora paga lo que le parece”.
“A mi parecer se debería tomar carta en el asunto “algodon”, opinó, argumentando que “nuestra zona es netamente algodonera porque es una planta más rustica y al cortarse las lluvias tiene más aguante hídrico pero los ministros hacen la vista gorda y no hay otra que ir retirándose del rubro”, señaló.
“ES UNA LÁSTIMA”
Struss dijo que “es una lástima porque hoy en la soja solo se ocupa un operador para la siembra y con un carrito se carga la semilla, y no hay más nadie que tenga trabajo, y en la cosecha el operario de la máquina más el operario del mono tolva y listo”.
En cambio, “el algodón sigue generando trabajo porque necesitas ocho pisadores en cada camión más el del frontal cargador más los operarios de cosecha, y el efecto multiplicador, la gente que trabaja en las desmotadoras, en las deslintadoras, en el semillero, en el INTA, en las textiles, es muy grande la cadena”, expresó el productor de Las Breñas.