En medio de la polémica que desató el pedido del ingeniero Miguel López al ministro Federico Sturzenegger, para la derogación de la Ley de Bosques 26.331 y revisión del marco normativo para el desarrollo productivo, el ingeniero agrónomo y exportador de carbón vegetal Víctor Chirico Hernández opinó sobre la necesidad de revisar el modelo actual de gestión de los recursos naturales.
“El planteo de López encendió varios resortes. Creo que él interpreta un cambio profundo que se está dando a nivel país, donde hay una nueva visión sobre el rol del Estado en relación al sistema productivo”, explicó al programa Agroperfiles Radio, haciendo referencia al cambio de gobierno y a la firma del Pacto de Mayo, que promueve que las provincias gestionen sus propios recursos naturales.
Cambió la música, hay que cambiar el paso
“En criollo: cambió la música, hay que cambiar el paso. Y eso significa sentarnos todos en una misma mesa, con todas las diferencias, porque el recurso es de todos los chaqueños”, afirmó. Para Chirico, el debate de fondo está en cómo mejorar el flujo de caja del Estado sin depender de recursos externos: “El Estado necesita recaudar para brindar servicios. La pregunta es cómo generar más riqueza sin destruir lo que tenemos”.
Sobre el caso específico del bosque nativo, destacó que la provincia cuenta con un ordenamiento forestal que establece qué se puede tocar y qué no. Sin embargo, advirtió que el esquema actual demuestra debilidades: “Con dos notas publicadas desde Puerto Madero se puede paralizar la provincia. Entonces hay algo que no está funcionando”.
Un nuevo modelo de ordenamiento
El exportador propone discutir un nuevo modelo de ordenamiento: “¿Vamos a ordenar por suelo, por bosque, por capacidad productiva o por potencial de conservación? Cada región chaqueña es distinta. Hablamos de federalismo nacional, pero también tenemos que practicar un federalismo provincial. No es lo mismo Fuerte Esperanza que Samuhú”.
“El debate de siempre entre producir o conservar se volvió eterno, y mientras tanto seguimos dependiendo del Estado nacional. Se puede hacer ambas cosas: producir y conservar. Pero para eso hay que sentarse a debatir con seriedad y con visión de futuro”, concluyó.
En ese sentido, el entrevistado remarcó que el primer paso es reconocer la realidad y “poner todo sobre la mesa”. Aseguró que lo que se dice y se hace en materia ambiental no es ajeno a los intereses en juego: “Cada actor tira datos o información según lo que le convenga a su lobby.
Pero es bueno mostrarle a los chaqueños, que son los verdaderos dueños de los recursos naturales, qué está bien y qué está mal, qué se debe hacer y qué no. No hay que inventar nada: las leyes ya existen. Solo hay que explicarle a la gente qué se hace, qué no, y hacia dónde queremos ir como provincia”.
Definiciones de fondo
Planteó también la necesidad de tomar definiciones de fondo: “¿Queremos ser una provincia que sustituye sus recursos naturales por riqueza artificial o queremos otra cosa?”. En esa línea, trajo como ejemplo el caso de Misiones, que “definió una política de cero desmonte y ahora está capturando carbono y emitiendo bonos de carbono”. Aclaró que esto fue fruto de acuerdos concretos: “Ellos se sentaron en una mesa, discutieron, y definieron: esto es para el sector productivo, esto es para conservación”.
Respecto a la realidad del Chaco, indicó que “aún quedan entre tres y cuatro millones de hectáreas de bosque que no se van a desmontar, porque no están dentro del área productiva tradicional como la ganadería o la agricultura”. Y agregó: “Tenemos que buscar otras formas de producción que ya existen en otras partes del mundo, que sirvan tanto para producir como para conservar. Hay métodos que permiten hacer ambas cosas”.
Chaco tiene un bosque secundario
En cuanto al tipo de bosque que predomina en la provincia, explicó: “Nuestro bosque chaqueño no es un bosque original, sino secundario. Es un parque chaqueño sabana-parque, no un bosque 100% cerrado. Por eso, la conservación debe ir de la mano del productor forestal, que es quien puede sacar lo enfermo, lo torcido, lo viejo, y permitir que se regenere el bosque”.
Afirmó también que se trata de una cuestión técnica, pero también educativa: “No está mal hablar de conservación ni está mal hablar de producción. Tenemos que sentarnos a dialogar y ponernos de acuerdo para poder conservar nuestros bosques y seguir produciendo, porque tenemos que generar recursos para alimentar a mucha gente que hoy depende del Estado”.
Además, lanzó una reflexión contundente: “Tenemos que decidir si queremos seguir siendo la provincia con mayor pobreza del país o si aspiramos a estar en la media, o incluso a ser una provincia pujante. En base a eso, ver cuáles son los nuevos pasos que hay que ensayar, según la nueva música que está sonando hoy en el mundo, en el país y en la provincia”.
Respecto a cómo avanzar hacia una solución concreta, el entrevistado consideró clave la conformación de una mesa de trabajo multisectorial. “Más que mesas de diálogo, lo que necesitamos son mesas de trabajo. Está bien dialogar, pero también hay que trabajar para que las cosas se concreten”, afirmó.
Destacó que ese espacio debería permitir que cada sector pueda expresar su visión: “Desde el sector privado, que es el que invierte y moviliza la parte productiva, hay que analizar qué hace falta: si se deben agregar leyes, derogar otras. Tiene que estar presente la parte productiva, la legislativa, la gubernamental, todo el equipo de la provincia. Y también necesitamos apoyo nacional. Pero tienen que estar todas las partes”, subrayó.
Unir criterios
Criticó la superficialidad de algunos espacios actuales: “No sirve de nada que yo esté hablando por radio, haciendo una nota en el diario o tirando cosas en grupos de WhatsApp. Lo que sirve es juntarse todos, mirarse a la cara, y definir una visión de provincia. ¿Qué queremos ser como Chaco?”.
Según expresó, no se trata de ver solo lo bueno o lo malo, sino de evaluar si lo bueno puede mejorarse, o si lo malo puede evitarse. “Tiene que surgir un consenso. Definir si queremos un Chaco 100% productivo y conservacionista, o solo conservacionista, o solo productivo. Pero tiene que haber un diálogo serio y maduro”.
Y concluyó: “Cada sector debe estar representado por alguien técnicamente capacitado y con madurez, no para pelear o dilatar las decisiones, sino para buscar consensos. Si el objetivo es común: conservar, producir y sacar adelante la provincia, desde el sector productivo, y en particular el forestal, siempre estuvimos dispuestos a participar en ese camino”.
Imposible, el Estado es garante ante las convenciones internacionales que garantizan la seguridad jurídica para las inversiones, siendo el ambiente un eje central de ello. Constitucionalista de muy baja estima académica como Sabsay y Alfonsín sostienen ese postulado que colisiona contra los fallos existentes contra Argentina desde la CIDH.
Lo unico que les interesa es la plata, no les importa la biodiversidad ni siquiera la proteccion del suelo, defienden modelo extractivista, ohjala la ley de bosques continue en pie