La falta de lluvias en la primavera pone en riesgo la campaña algodonera.

Por Miguel Kolar, especial para Agroperfiles

Todos sabemos que la actividad agropecuaria es un negocio de riesgo, pero ¿qué es el Riesgo? El riesgo es la Probabilidad de que ocurra un evento con consecuencias negativas. Y cuando hablamos de “probabilidad”, hablamos de números, y esos números, en la actual campaña, están complicados. Estamos hablando de las lluvias.

 Cada zona tiene un promedio histórico de ocurrencia de precipitaciones mensuales, y el análisis de este promedio nos da una idea de la “probabilidad” que tenemos los técnicos y productores de alimentos de lograr una buena cosecha.

 Tenemos que cubrir la demanda hídrica de los cultivos, y con las precipitaciones que ocurren durante el ciclo de los mismos, normalmente, no se alcanza a cubrir estas demandas, por eso los agricultores almacenamos agua en el suelo antes de la siembra, en el período de Barbecho (tiempo entre la cosecha de un cultivo y la siembra del otro).

Ingeniero agrónomo Miguel Kolar

          En la presente campaña, la situación es muy compleja, salvo zonas muy puntuales que recibieron lluvias superiores a lo normal, prácticamente el 80 % de la superficie agrícola del Norte Argentino se encuentra con Déficit Hídrico.

 Para mitigar el riesgo, necesitamos almacenar al menos 300 mm de lluvia en el suelo. Las lluvias de primavera son imprescindibles para esto, pero no ocurrieron en las cantidades que históricamente se registraron.

  Tenemos zonas donde faltan 200 mm de lluvia con respecto al promedio, y si bien se dan lluvias suficientes para la siembra, al no tener reservas en el suelo, el riesgo de que el cultivo colapse es muy alto.

  En el siguiente cuadro analizamos la situación que normalmente se dan en las campañas agrícolas, donde en promedio un cultivo requiere 750 mm de agua, de los cuales 300 mm ya los tenemos almacenados en el suelo, por lo que solo necesitamos que llueva en el ciclo 450 mm:

Si tenemos el 40 % del agua necesaria para el cultivo ya almacenada, solo ponemos en riesgo el 60 % y la probabilidad de que esto ocurra es del 80 %.

   Si comenzamos a sembrar con 100 mm de agua en el suelo, necesitaríamos que el 87 % del agua necesaria, llueva durante el ciclo, y como en este caso son 650 mm, la Probabilidad de que eso ocurra, no alcanza al 20 % de los años.

  

El análisis de las Probabilidades, con valores promedios, es muy baja. Si la tendencia climática no se revierte, la situación puede ser aún peor. 

 Este es nuestro panorama, en el campo tenemos que aprender a manejar riesgo y no incertidumbre, y el Riesgo esta campaña, lamentablemente, es muy alto.  Tendremos que seguir esperando que lluevan esos 200 mm que nos faltan, pero la fecha de siembra para el algodón se termina.

Probablemente la soja y el maíz tengan más chances de lograr buenos resultados, ya que por sus ciclos se siembran entre 30 y 45 días más tarde que el algodón, y por lo tanto hay más tiempo para que llueva y repongamos perfil de agua. 

De mantenerse esta tendencia climática, todos los cultivos estarán bajo un riesgo muy elevado, y las empresas deberán analizar si es necesario correr un riesgo tan alto, y sembrar en estas condiciones.

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