Historias de vida: Fabián Kassis, un algodonero de ley, en la capital nacional de la alfalfa
Fabian Kassis es un productor algodonero de aquellos a los que se le puede decir “de ley”. A los 11 años ya le ayudaba a su padre a operar con una rastra de disco. Ahora, tiene 55 años, y vive en la capital nacional de la alfalfa: Clodomira, provincia de Santiago del Estero.
Viene de una familia netamente árabe. “Mis abuelos maternos y paternos vinieron de Damasco, y empezaron siendo vendedores, o ‘mercanchifles’ como les decimos aquí”, cuenta en una larga charla con Agroperfiles.
Luego de un tiempo, “mis abuelos maternos fueron vinculándose a la comercialización de alfalfa al norte, a los ingenios, y al regimiento”.
Así, mientras el tiempo transcurrían sus abuelos paternos, instalaron un hotel en Clodomira, “pero por problemas de inquilinos perdieron el hotel y se fundieron”. Por esta razón sus abuelos maternos lo ayudaron a comprar una pequeña finca, donde su abuela comenzó con la cría de ovejas, “porque no tenía para comer”, cuenta y su abuelo criaba “unas pocas vacas”.
EL PRIMER PASO
Con las ovejas y las vacas, los abuelos paternos de Fabián comenzaron a vender la lana y la leche. Con mucho sacrificio, araron la tierra con mulas y caballos, y comenzaron la siembra de una hectárea de alfalfa. Y su padre, se orientó a sembrar algodón, primer una hectárea, luego dos, y luego tres.
La idea de ser algodonero seguía firme, de modo tal que en el año 1971 “hasta llegó a hacer sembrar con una sembradorita de mula de 2 tachos, unas 30 hectáreas, toda una cosa novedosa para la época”, dice Fabián.
EL CREDITO DEL BANCO NACION Y EL PRIMER TRACTOR
En esos años, el Banco de la Nación Argentina, les concede un crédito a 5 años para la compra de un tractor Fiat 400, con una pequeña rastra de 14 platos, en el cual teniendo yo 11 años, le ayudaba a mi padre y eso fue un gran paso, porque hacía más rápida la labor de la tierra”.
Después de unos pocos años, el BNA le otorga otro crédito a nuestra familia, y ahí ya pasamos al tractor Fiat 700 “a los cuales los sigo manteniendo en perfecto estado y así seguimos”.
A LOS 14 AÑOS, DEJÓ EL ESTUDIO
A los 14 años Fabian Kassis decidió no estudiar más. “Mi padre no me perdonó, y me dijo que esto de trabajar en el campo era muy sacrificado, pero yo me encapriché, y quería ser agricultor”, narró en la charla con este sitio.
“A mi viejo no le gustaba, pero como vió que yo trabajaba con tanta pasión, me apoyó y me orientó en el trabajo del campo”.
EL CANCER DE SU PADRE
Fabián cuenta que cuando cumplió los 18 años ya sabía mucho del trabajo por la enseñanza de su progenitor. En ese año, le detectaron un cáncer y la peleó como pudo, y yo al lado, me tuve que hacer cargo del trabajo.
“Mi padre peleó contra la enfermedad, no se dejaba vencer, pero la pasó muy mal, y tuvo que hacer un tratamiento de cobalto en Buenos Aires”, recuerda.
LAS 100 HECTAREAS DE LOS HERRERA
La ciudad de Clodomira es la Capital Nacional de la Alfalfa, ya que en tierras, don José David Herrera, descendiente del fundador y de su señora (por la cual lleva el nombre), tenía un enorme sembradío de este cultivo que exportaba a Europa abasteciendo a los principales ejércitos. Eso, aproximadamente hace 128 años atrás.
Con su padre muy enfermo, Fabián le comenta que hay unas 100 hectáreas cercanas que estaban abandonadas, y pertenecían a una familia de apellido Herrera, familiares del fundador del pueblo.
“Mi padre las arrendó y ahí empecé a trabajar, las limpié poco a poco y sembré algodón allí”, cuenta.
LA MUERTE DE SU PADRE
En el año1996, “lo perdí a mi padre, después de 18 años de lucharle al cáncer, y yo con poca edad me hice cargo de todo”, comenta.
“Me costó muchísimo, no fue nada fácil y encima vinieron años malos”, agrega. Recuerda que su padre antes de fallecer, “me sacó otro tractor, el cual lo pagué dos veces, por no saber muchas cosas, por confiar en la gente”.
LA FUERZA DE LA FAMILIA
“Mi gran familia me ayudó muchísimo, mi madre y mis dos hermanas”, dice y agrega que no puede dejar de mencionar a quien es hoy gerente de la empresa agropecuaria, que es “mi gran, pero gran mujer, Angela Yolanda Sánchez, con quien me casé el 14 de septiembre de 1990, y que aparte de ser una guerrera en el trabajo, y como mujer intachable, hoy es el orgullo de la familia”.
Precisamente, las fincas de los Kassis llevan el nombre “Doña Angela”, en honor a su esposa que cada día está firme dándole impulso a la actividad algodonera.
VIVIR PARA TRABAJAR
“Vivimos para trabajar, nunca tuvimos vacaciones, ni nada. Soy un loco por los fierros y amante de la tecnología”, dice.
Cuenta en diálogo con Agroperfiles que cuando comenzaron, “pasamos a sembrar 300 hectáreas arrendadas y cosechadas todas con gente que mi señora manejaba y yo hacia el resto del trabajo, incluida la comercialización”.
Agradece a un tornero amigo que le salió de garante en una concesionaria donde le fiaron la primera cosechadora usada de algodón, una John Deere 9935 y un carancho para cargar el algodón.
“Faaaa….era un gran paso que dimos….dormíamos en la parva de algodón, cuidando la maquina…”, relata emocionado, y agrega: “solo mi amada esposa y yo sabemos lo que nos costó todo esto, porque nos fundimos tres veces, pero tres veces nos levantamos, la última vez que caímos fue hace dos años, cuando dimos un salto y pasamos a sembrar 2000 hectáreas de algodón y las cosas no anduvieron bien en esa campaña”.
Ese año—recuerda— perdimos un tractor que se nos quemó en un campo en Taboada y después entregamos por deuda otros dos tractores de última generación. Eso me afectó psicológicamente porque no me entraba en la cabeza perder cuando solo invertimos para trabajar y dar trabajo a la gente”.
Sin embargo-dice- pudimos salir adelante y hoy eso es solo malos recuerdos, y pude ver la ayuda de los amigos.
HOY, A PLENA COSECHA
Para esta campaña “sembramos lo que pudimos, y bajo riego hicimos solo 509 hectáreas porque hubo poca agua, y otras 400 hectáreas gracias las lluvias, pero fueron escasas y no fue tan buena en algunos lotes”.
Kassis compró una cosechadora a rollo Cero Kilómetro y con ella cosecha lotes propios y hace servicios a terceros.
“Pero duplicamos el trabajo porque con mi señora queremos comprar otra cosechadora nueva”, dice, doblegando la apuesta y confianza en el algodón.
Fabian hace servicios de siembra, fumigación y cosecha a terceros, hace nivelación de campos mediante Laser, siembra alfalfa para terceros y genera mano de obra haciendo represas en campos.
“Pero lo fuerte es la cosecha de algodón, con una máquina nueva, una Jhon Deere C P. 690 la cual hizo en 30 días de trabajo en secano, en Quimili, casi mil hectáreas con servicio de cargado de los rollos con una pala.
“Siempre, con el algodón en el corazón, nos sentimos orgullosos que nos digan que somos algodoneros de ley”, termina diciendo.
CREDITOS: Foto de portada, diariopanorama.com