El presidente de la Sociedad Rural de Curuzú Cuatiá, Daniel Panario, hizo una fuerte advertencia “a hacer una alianza entre todos para cuidarnos de los que parece importarles poco el tremendo daño que pueden ocasionar las quemas intencionales”, y por otra parte pidió “no baja la guardia” y estar atentos a todo foco que por diversas razones se activan, por el viento, por alguna chispita de los fusibles de las líneas de electricidad, o por la colilla de un cigarrillo”.
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En un extenso dialogo mantenido con el programa Agroperfiles Radio, el dirigente ruralista dijo que “en Curuzú Cuatiá se quemaron en esta zona, en este año, unas 25.000 hectáreas de campo”, en las cuales se perdieron no solo pasturas sino también postes y alambrados, reservas de forrajes.
Panario expresó púbicamente su agradecimiento a las brigadas, a los bomberos, a los vecinos, a los productores que están “siempre atentos” pero también puso de manifiesto la actuación del fiscal que rápidamente empezó a investigar si en algunos de los casos hubo intencionalidad en los focos detectados que luego se transformaron en imparables.
“LO DE CINDY MENDOZA ES TREMENDO”
El presidente de la entidad ruralista de Curuzú Cuatiá, dijo que “hay cosas más duelen hasta lo profundo del alma, como es la perdida de una vida humana, y me refiero a Cindy Mendoza, esa maestra rural que por tratar de evitar que el fuego llegue a su vivienda fue alcanza por las llamas y luego falleció”, dijo.
Se refiere a Cindia Mendoza, una docente rural de 30 años que en Estación Solari, jurisdicción de Mariano I. Loza, se estaba produciendo un incendio y según reportaron los medios de prensa correntinos, ayudaba a su padre y otras personas a combatir las llamas que afectaron el campo donde trabajaba y quedó cercada por el fuego.
La joven sufrió quemaduras gravísimas en más del 70% del cuerpo, que en horas terminaron con su vida.
“Lo de Cindy es tremendo, es la primera victima de estos incendios, y todo Corrientes está consternado por esto”, señaló.
“MIRAR AL CIELO”
“Nos queda mirar al cielo y pedir a Dios por la lluvia, porque por las noches se pueden ver como miles de velitas encendidas en el horizonte a lo largo de kilómetros, y esos son los tizones, los troncos, que están encendidos, y eso es un peligro, porque si hay viento eso genera más incendios, por eso roguemos que llueva para que frene esto”, expreso con preocupación el dirigente ruralista de Curuzú Cuatí.
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SIEMPRE ATENTOS
A la par, Panario dijo que la situación es alarmante al observar que con mucho esfuerzo de las brigadas y de los bomberos, se apagan unos focos pero por otro, desde las banquinas, prende fuego y eso se va”.
“Es muy raro por donde se lo mire, por eso la justicia seguramente y los peritos podrán aportar mucho para llegar a conocer más sobre lo que nos está pasando”, dijo a Agroperfiles.