El productor agropecuario chaqueño, en un estado de situación complicado oir haber perdido extraordinarias en soja, algodón y maíz, “necesita de un Estado que le de una mano, que le gestione líneas crediticias, y que ponga en marcha planes de apoyo concreto por este tipo de contingencias como el clima, porque de lo contrario, vamos a tener muchos productores al costado del camino”, advirtió en un extenso diálogo con Agroperfiles el corredor Ariel Ojeda.
De este modo, el empresario profundiza su análisis y cuestionamientos a la falta de respaldo estatal en un contexto de pérdidas generalizadas. Apunta a la necesidad urgente de políticas de contingencia y un modelo que contemple al campo como motor estratégico del país.
“El que siembra arriesga millones, pero nadie lo contiene”
Mientras muchos productores intentan cerrar una campaña agrícola marcada por la pérdida y la incertidumbre. En tal sentido, Ariel Ojeda lanza una advertencia cruda: “No puede ser que el que siembra arriesgue millones y no tenga una red de contención si le va mal”.

“Hoy cualquier camión que se coseche va a estar húmedo, con granos verdes, con granos dañados. A eso hay que sumarle todo lo que pesa los residuos que no es soja, y aun así le cobran para salir de la provincia, le cobran ingresos brutos, le cobran con responsabilidad legal… y cuando finalmente vende, le aplican una tarifa reducida, ya sin toda esa mugre”, expresó Ojeda.
Luego de todo esto, “el productor se da cuenta que ya perdió entre 12.000 y 13.000 kilos de soja. Es injusto”.
Reconoce que la responsabilidad es compartida: “El productor también tiene culpa. Esta es una relación de a dos: el Estado y el productor. Y durante los últimos 20 años ni se hablaron. Cada uno desconfiaba del otro: uno sacaba lo que podía y el otro ocultaba lo que podía”.
El desafío del presente: reconstruir la relación.
Ojeda señala que el contexto actual plantea nuevas posibilidades: “Hace un año y medio nadie imaginaba un dólar libre, inflación del 1,5%, tranquilidad social. ¿Estamos bien? No. Pero tal vez este sea el camino”. Sin embargo, reclama medidas concretas para el agro: “Hoy no hay herramientas de contención. Si un productor invierte un millón de dólares y pierde todo, se muere. No tiene sentido. En cualquier país serio, si te va mal, hay una asistencia. Acá, no”.
Propone crear un fondo de contingencia para proteger a los productores ante situaciones extremas: “Si estuviste pagando impuestos durante 20 años, no puede ser que ahora te cierren la puerta en la cara porque te fue mal una campaña. Eso no va. Tiene que haber un fondo que diga: tal provincia, tanto. ¿Tenés una deuda por la sequía? Listo, se cubre y seguís produciendo. No podés estar cada mes sufriendo la presión del banco”.
Dejar el individualismo
A pesar de las críticas, Ojeda hace un llamado al sector: “Los productores también tenemos que cambiar. No podemos seguir siendo individualistas. Hay que unirse, buscar técnicos, profesionales que hagan lobby por nosotros. No puede ser que paguemos miles de dólares en insumos y no podamos invertir en alguien que nos represente donde se toman las decisiones”.
La conclusión es clara: el modelo anterior ya no sirve. “Si este gobierno propone no poner más trabas, bueno, que también proponga soluciones. El campo no puede seguir siendo una jungla. Tiene que haber reglas claras, respaldo y diálogo real. El desafío es ahora”.