Derivas: Monsanto y BASF responsabilizan a los agricultores
Monsanto y BASF responsabilizaron a los agricultores de Estados Unidos que usaron indebidamente formulaciones más antiguas de dicamba, lo que resultó en deriva y daños extensos en los cultivos.
La diferencia entre los granjeros y los cocineros de metanfetamina que abusan de los productos legales ha demostrado ser crucial en un fallo judicial con implicaciones de gran alcance para la industria biotecnológica, según afirma el sitio especializado GLP geneticliteracyproject.
Las empresas de biotecnología pueden ser consideradas responsables de los daños causados por los agricultores que hacen un mal uso de las semillas transgénicas tolerantes a los herbicidas o de cualquier químico rociado sobre ellas, según un tribunal federal de apelaciones.
La decisión distingue a las empresas biotecnológicas de las empresas farmacéuticas, a las que previamente se les consideró no responsables por el uso de medicamentos para el resfriado como ingredientes de la metanfetamina.
Monsanto y BASF no lograron convencer al 8º Circuito de Apelaciones de EE. UU. de que no son responsables de los daños causados por la fumigación ilegal con dicamba de cultivos de algodón y soya, que fueron modificados genéticamente para tolerar el químico volátil.
El Octavo Circuito confirmó el veredicto de un jurado de 2020 que culpó a Monsanto y BASF por la deriva de herbicidas que causó daños por millones de dólares a una granja de duraznos de Missouri.
El algodón y la soya resistentes a dicamba fueron aprobados por el USDA antes de que los reguladores federales autorizaran nuevas formulaciones menos volátiles de dicamba que no son tan propensas a la deriva.
Cuando Monsanto comercializó las semillas transgénicas, “el uso no autorizado de dicamba se disparó” en 2015 y 2016 porque los agricultores usaban formulaciones más antiguas del herbicida, dijo el 8vo Circuito.