En diálogo con Agroperfiles Radio, el presidente de la Bolsa de Comercio del Chaco, Darío Turletti, analizó con crudeza la situación del agro en el norte argentino, el impacto de las políticas nacionales y la falta de protagonismo del Chaco en la agenda nacional. En un tono directo y reflexivo, abordó la polémica sobre las retenciones, la postura del gobierno nacional y el rol que juega la región en el escenario productivo.
“Siempre culpamos al centralismo, pero ¿qué hicimos nosotros para que nos tengan en cuenta? Nos consideran cuando se habla de piquetes, corrupción o pobreza. En eso sí nos ven. Pero cuando se trata de proyectos estratégicos, no vamos con propuestas serias.
“La realidad es que muchos productores se sintieron defraudados porque en campaña Milei dijo que iba a sacar las retenciones, pero ahora se prorrogaron hasta el 30 de junio. Sin embargo, técnicamente no mintió, porque ya había anunciado que era una medida temporal”, expresó Turletti. Y aclaró que si bien la promesa fue de eliminarlas, “para hacerlo se deben dar muchas condiciones macroeconómicas, ya que las retenciones hoy son la base del superávit fiscal primario y secundario”.
Sobre este punto, remarcó que “el superávit fiscal secundario está fundado en las retenciones, y sólo cinco países del mundo lo tienen. Nosotros lo necesitamos para poder pagar la deuda externa. Si bien es doloroso, es necesario”.
Turletti también fue claro al marcar la diferencia entre las realidades productivas del norte y el sur del país. “Muchos hablan de la soja que no se liquida, pero en el norte no tuvimos cosecha el año pasado, y este año tampoco. Entonces estamos discutiendo una película que no es nuestra. El problema acá no es la falta de voluntad del productor, es que no llovió”.
“LIQUIDAR HOY ES NEGOCIO”
Turletti apuntó que quienes tienen soja para vender son los productores del sur. “Ellos la usan como moneda de cambio y reserva de valor, porque la experiencia les enseñó que guardar soja es negocio. Aunque este año fue distinto. El que vendió el año pasado y reinvirtió, hoy está mejor que el que la guardó”, explicó.
Y agregó: “Hoy, con la suba del dólar, liquidar es negocio. Pero en el norte no tenemos soja que vender. No podemos ser parte de una estrategia nacional de liquidación cuando no hay producción. Lo que nos tiene que acompañar es la lluvia. Sin eso, cualquier análisis político o económico queda corto”.
EL CENTRALISMO Y LA AUTOCRÍTICA REGIONAL.
Uno de los pasajes más fuertes de la charla fue cuando el dirigente se refirió al escaso peso que tiene el Chaco en la toma de decisiones nacionales. “Un dirigente cooperativista alguna vez dijo que al Chaco no lo tienen en cuenta ni para el pronóstico del tiempo. Y tenía razón. Hay una desconexión absoluta con las provincias del norte”, lamentó.

Pero Turletti no se quedó solo en la crítica: fue más allá e hizo una fuerte autocrítica. “Siempre culpamos al centralismo, pero ¿qué hicimos nosotros para que nos tengan en cuenta? Nos consideran cuando se habla de piquetes, corrupción o pobreza. En eso sí nos ven. Pero cuando se trata de proyectos estratégicos, no vamos con propuestas serias. No golpeamos las puertas con fundamentos ni continuidad. Cuando hubo leyes de promoción industrial, no cumplimos. Y las empresas se fueron”.
El presidente de la Bolsa insistió en la necesidad de construir propuestas concretas: “Si queremos que nos vean, llevemos proyectos realizables. En Buenos Aires toman lo que les sirve. Si llevamos algo bien hecho, se lo apropian, lo ejecutan y nos ayuda a todos. Pero para eso hay que dejar la foto y el discurso vacío. Hay que hacer”.
TÉCNICOS VALIOSOS, PROPUESTAS IGNORADAS.
Turletti también cuestionó la falta de articulación entre el sector técnico y la política. “Tenemos técnicos del grupo Agroperfiles que han hecho trabajos espectaculares. Pero cuando se los presentamos a los gobernadores, no pasó nada. Ni Peppo ni Capitanich aplicaron lo que se les sugirió. Hoy estamos esperando que los ministros del nuevo gobernador abran ese canal de diálogo”.
“Estuve en Expoagro y vi cómo los gobernadores y ministros corren de un lado al otro, tapados por la urgencia. Cuando lo urgente pasa a ser prioritario por encima de lo importante, perdemos el foco. Y eso también nos pasa como empresarios”, comenzó relatando. Según Turletti, es imposible pensar un desarrollo real si los actores clave no cuentan con equipos que les permitan salir del día a día para enfocarse en lo estructural.
En ese sentido, propuso pensar una política pública a largo plazo: “Yo hace rato vengo diciendo que hay que pensar el Chaco del 2035. No se puede gobernar año a año. Hay que armar un plan serio, con técnicos que lo entiendan y lo lleven a cabo”.
DESGASTE DEL SECTOR PRIVADO.
Turletti también fue crítico con la falta de respuestas del Estado ante propuestas serias del sector privado: “Agroperfiles hizo un trabajo enorme con el clima, algo admirable, pero ¿qué pasa? Lo presentan y no les dan bola. ¿Con qué ánimo vas a volver a hacer un trabajo así si sabes que ni siquiera lo valoran o te lo terminan robando sin reconocer el esfuerzo?”.
A eso se suma el cansancio de muchos empresarios y comerciantes que sienten que el Estado los ignora. “Durante la pandemia mantuve mis 11 negocios y 60 empleados sin despedir a nadie, y perdí siete camionetas Toyota 0km para sostener todo. ¿Y qué hizo el Estado? Nada. No nos ayudaron con el ATP, ni con Rentas, ni con nada. Mientras tanto, a los productores sí se los ayuda”, comparó.
PRODUCTORES VS. COMERCIANTES: UN DEBATE NECESARIO.
Para Turletti, el reclamo constante del sector agropecuario a veces genera tensiones con otros sectores: “El productor también tiene que hacer su mea culpa. Siempre quiere que el Estado lo ayude, pero el comerciante nunca tuvo ningún beneficio, ni siquiera en los peores momentos. Hay que ser sensatos y mirar también a los costados”.
Y fue más allá al señalar que muchas veces la falta de apoyo al comerciante es una de las causas por las que el productor se gana una mala fama entre otros sectores sociales. “No digo que esté mal pedir ayuda, pero hay que reconocer que hay desigualdades.”
EL COOPERATIVISMO: UN MODELO QUE SE DEBILITÓ EN CHACO.
En otro tramo de la charla, Turletti lamentó la caída del sistema cooperativo local, contrastándolo con experiencias exitosas en otras provincias y en el sur de Brasil. “En Santa Fe tengo un primo que, junto a otros tres productores, compraron una picadora de maíz, hacen rotación, se organizan. Acá no pasa eso. Acá cada uno quiere lo suyo y no hay tolerancia”.
“La intolerancia subió. No es que cayó el cooperativismo, cayeron las cooperativas. Porque no nos sabemos organizar. En Charata hay 15 clubes de fútbol; todos pelean con todos. En Rafaela hay tres y son gigantes. Eso también es una autocrítica que debemos hacernos”, apuntó.
UN LLAMADO AL DIÁLOGO Y A LA PLANIFICACIÓN.
Finalmente, Turletti dejó una frase contundente: “Tenemos que dejar de correr detrás de lo urgente y empezar a pensar el Chaco que queremos para 2035. Y cuando lo pensemos, firmarlo todos los sectores, todos los partidos. Cada decisión que tomemos de ahora en adelante debe estar alineada a ese plan. Esa tiene que ser nuestra Biblia”.
Con una visión clara, Darío Turletti invita a dirigentes, empresarios, productores, comerciantes y ciudadanos a repensar el futuro de la provincia con un enfoque serio, plural y estratégico. Porque —como él mismo lo dijo— “la política no está al lado de la gente por sacarse una foto, sino cuando mejora la realidad, paso a paso, todos los días”.