“Hay que tener los huevos en varias canastas”, le dijo a Agroperfiles el productor mixto Carlos Maurino, de la zona rural de Santa Sylvina cuando le preguntamos cómo enfrentar las crisis para no quedar fuera del sistema productivo.
La estrategia de este pequeño productor chaqueño para sobrevivir a la crisis climática y económica es un ejemplo para observar, como previsión para las épocas de “vacas flacas”.
Carlos Maurino, productor de la zona de Santa Sylvina, cuenta cómo diversificó su actividad entre la apicultura, la ganadería regenerativa y la huerta para hacerle frente a los desafíos que impone el campo chaqueño. Sin dudar, apuesta al conocimiento, la planificación y una mirada empresarial para sostener su trabajo a largo plazo.

Todo eso lo expresó en una larga charla con Agroperfiles, que compartimos aquí con nuestros lectores.
En medio de un escenario marcado por la sequía, los vaivenes del clima, la falta de políticas claras y los cambios de precios de los productos, los pequeños productores “debemos mirar más allá, y no tenerle miedo a los campos si queremos seguir produciendo, porque eso de que sin plata nada se puede hacer, ya lo sabemos, entonces como dicen los muchachos, el no ya lo tenemos, entonces marchemos por el sí”, aseguró, compartiendo su experiencia de producción diversificada y su visión sobre cómo encarar el trabajo rural en tiempos difíciles.
APICULTOR, GANADERO Y HORTICULTOR
“Yo me dedico principalmente a la apicultura, que es lo más fuerte, y también a la ganadería con un sistema de pastoreo rotativo y regenerativo. A veces hacemos algo de huerta para consumo familiar”, explicó Carlitos Maurino.
Con más de dos décadas en la actividad, sabe que la clave está en no depender de una sola fuente de ingresos: “Siempre digo que hay que tener los huevos en varias canastas, porque si un año no se da una cosa, al menos te queda la otra”.
Más allá del trabajo cotidiano, Maurino hace hincapié en algo que muchos pasan por alto: la organización financiera. “Una cosa es producir, y otra es manejar financieramente el emprendimiento. Hay que empezar a pensarse como empresarios, incluso si se trata de pequeños productores. Y eso implica planificar, pensar a largo plazo, conocer el entorno, y sobre todo, capacitarse”, reflexionó.
Para el chacarero, el conocimiento es la herramienta más poderosa que puede tener un productor. “No siempre se consigue con plata. A veces es cuestión de leer, observar, equivocarse y aprender. Eso te permite bajar costos, tomar mejores decisiones y anticiparte a los problemas. En esta zona, más que buscar progresar mucho, la meta es no quebrarse ante las adversidades”, sostuvo.
LA MIEL

En el caso de la apicultura, compartió datos concretos: “El rinde promedio histórico ronda los 15 a 18 kilos por colmena. Algunos años sacamos 30 kilos, y otros apenas 3. El clima es lo más determinante. Por eso hay que estar preparados para los años malos, y no comprometerse con deudas que después no se pueden afrontar”.
EL PASTOREO ROTATIVO
Otro de los pilares de su producción es el pastoreo rotativo. Si bien la teoría marca ciertos tiempos ideales de rotación, en la práctica chaqueña eso cambia: “Hacemos un cambio diario de parcela para unas 70 cabezas. En 60 hectáreas limpias, la vuelta completa nos lleva unos 150 días. Lo que pasa es que acá solo hay entre 40 y 50 días de crecimiento real de la pastura por año. Después, todo es sequía”, explicó.
Mostró un ejemplo de lo que hace donde “se ve como van comiendo por parcelas, también la diferencia entre cómo queda pelado y la altura del pasto donde ingresan, y la combinación de pasto estrella con algarrobo”, como también el cambio de parcelas (ver video).
Maurino destaca que el mayor obstáculo no es técnico ni económico, sino mental: “Lo más difícil es cambiar la cabeza del productor. Muchos se enfocan solo en la vaca y no prestan atención al suelo, a las raíces, al agua, al sol. Y ahí está la clave. A mí me gustan más las plantas que las vacas, y eso me ayudó a ver el sistema completo”.
Con bajo costo y herramientas que ya existen en los campos, como electrificadoras y cables, es posible aplicar mejoras sustanciales. “El conocimiento marca la diferencia. Y en este contexto de incertidumbre climática y económica, hay que ser conservadores y buscar siempre el equilibrio”, señaló.
CAUSAS Y CIRCUNSTANCIAS DEL EXODO RURAL
Cuando salimos a recorrer los campos, vemos una triste realidad: no hay casi nadie que viva en las colonias y parajes rurales. Solo quedan ver en la distancia plantaciones de eucaliptus, o casuarinas, y de fondo una casa abandonada al estilo “tapera”. ¿Qué paso?, le preguntamos a Maurino.
“Las familias comenzaron a irse del campo a la ciudad, y eso generó una sobrepoblación en las ciudades que después genera todo lo que es la desocupación, la falta de empleo, la marginalidad y bueno, lamentablemente habría que investigar cuál fue la causa, si fue por problemas climáticos, o porque no había servicios como luz eléctrica pero también tenemos que pensar que cambiaron los tiempos en cuanto a lo que producimos, o sea, no se puede vivir haciendo una sola cosa”, comenzó respondiendo.
A la par, Maurino puso otra causal, como es cuando el jefe de familia fallecía, y había varios herederos, que terminaban vendiendo el campo porque ninguno podía comprarle a los hermanas, entonces se vendía “y así fue que se fue concentrando la tierra, se fue volviendo una cosa más empresarial, más de negocios, más de inversiones, pero lamentablemente desapareció lo que era la granja típica donde la familia vivía en el campo, que diversificaba, tenía su huerta, su animalito y de esta manera vivían bien en el campo y del campo, cosa que hoy ya quedan muy pocos lamentablemente, pero de que se puede, se puede”, aseguró por ultimo.