BP y Bunge se separan pero refuerzan la producción de etanol en Brasil
Por qué la compra por parte de los británicos de la mitad del megatrading de BP Bunge trae beneficios para ambas partes – y podría poner al etanol brasileño aún más prominente en la estrategia del gigante energético europeo–, intenta develar el sitio AGFeed de Brasil.
“Fueron cinco años de matrimonio —dice el periodista Luis Fernando Sá– y un divorcio amistoso, sellado este jueves 20 de junio con un comunicado que revela parcialmente los términos de la separación. BP y Bunge ya no firman juntos en BP Bunge”. La imagen de portada corresponde a la planta de BP Bunge en Goias, y se agradece la gentileza de AGFeed.
Una factura de 2.800 millones de dólares definió el fin de la asociación, que formó, desde 2019, la segunda mayor empresa del sector sucroenergético de Brasil.
Este fue el monto acordado entre las partes para la división de los bienes.
El megatrader estadounidense sale de casa con un cheque por 770 millones de dólares y se distancia de un sector que no le ha dado las alegrías prometidas desde antes de su elección.
La energética británica toma el control total del negocio, con 11 plantas de producción de azúcar y etanol, que trituraron casi 30 millones de toneladas de caña en la zafra 2023/2024 y fueron la base de ingresos cercanos a los 8 mil millones de reales en la zafra, cosecha anterior, resultado un 30% superior al obtenido en la primera cosecha combinada, 2020/2021.
El comprador también es responsable de la deuda neta de 500 millones de dólares y de los contratos de arrendamiento estimados en 700 millones de dólares
Cada uno de los socios abordará ahora sus intereses particulares, que no siempre han coincidido con la difícil, pero respetuosa, conveniencia del matrimonio corporativo.
Bunge y BP tienen planes y desafíos muy diferentes y BP Bunge, tal como fue diseñado, actualmente sólo interesaba a una de las dos partes.
Para Bunge, la empresa mixta había perdido sentido, resultando ser un negocio cada vez más aislado de su estrategia centrada en la comercialización y procesamiento de granos. Y la posibilidad de reforzar la caja, tras una secuencia de adquisiciones relevantes en este ámbito, aceleró la decisión de salir.
En cuanto a BP, el negocio de la bioenergía se ha vuelto más estratégico en los últimos años y está en el centro de un ambicioso (y discutido) proyecto de transición energética, que complace a los ecologistas y desagrada a los inversores al proponer una dependencia cada vez menor de los combustibles fósiles.
El tono de las declaraciones oficiales de ambas partes este jueves, realizadas únicamente a través de un comunicado conjunto, indica cómo la solución fue un camino natural para ambas partes.
Greg Heckman, director ejecutivo de Bunge, por ejemplo, fue directo al grano cuando dijo que “este negocio no es fundamental para la estrategia a largo plazo”.
La fecha límite de Bunge y esta transacción nos permitirán concentrarnos e invertir en nuestros negocios principales, al mismo tiempo que fortalecemos aún más nuestro balance”, dijo el ejecutivo.
Por parte de BP, la portavoz fue la vicepresidenta ejecutiva de clientes y productos de BP, Emma Delaney, quien destacó los beneficios de operación para los planes de la actual dirección de buscar más rentabilidad para los inversores en el área de los biocombustibles.
“Estoy entusiasmado con la oportunidad que tiene BP de agregar aún más valor a nuestras capacidades comerciales y tecnológicas. Entramos
temprano en el negocio de bioenergía en Brasil y esperamos seguir creciendo y desarrollándonos aquí”, afirmó el ejecutivo, en una nota. relación delicada
Desde el anuncio de la disolución de la empresa conjunta, AgFeed ha escuchado a analistas y ejecutivos cercanos a la dirección de BP Bunge. Ninguno de ellos expresó sorpresa al final del matrimonio.
Los socios comerciales de la empresa azucarera señalan que las divergencias de objetivos entre los dos socios solían aparecen en las conversaciones, revelando un mayor interés por parte de los británicos en seguir adelante con algunas inversiones, mientras que Bunge mostró un perfil más conservador en este sentido.
Aun así, a lo largo de la asociación, las dos empresas invirtieron conjuntamente alrededor de R$ 2 mil millones por año en BP Bunge.