Argentina en crisis permanente y máxima incertidumbre – Por Pablo Adreani (*)

El nivel de conflictividad dentro del propio Gobierno no hace más que generar un nivel de incertidumbre creciente entre la comunidad de los agentes económicos, que deben tomar decisiones en forma permanente.

Además, la solución de este conflicto “político interno dentro del oficialismo”, es de muy difícil predicción y no se sabe cuándo termina y de qué forma.

Un país no puede depender de discusiones internas entre fracciones opositoras del propio partido, siendo además oficialista y responsable del manejo de un país, para saber que pasará el día después.

Hoy el sector el productor está enfocado, preocupado y concentrado en el 100 % de su actividad y de su negocio, en cómo avanza la cosecha de maíz y cómo evoluciona la soja. Hay que medir cual ha sido el impacto real de las heladas en los rindes de la soja de segunda y en los cultivos de maíz tardío.

A esta situación, se suma la preocupación por aspectos operativos y logísticos, para poder trasladar los granos de la cosecha al puerto, ante la escasez de gas-oil en pleno momento de la cosecha.

Se agregan las protestas de los camioneros que a partir del lunes 11 de Abril, decidieron hacer cortes en las rutas de acceso a las terminales portuarias de Puerto General San Martin, San Lorenzo y Ricardone, el corazón agroexportador del país.

El Gobierno, es el principal responsable de esta protesta, porque no garantiza la libre disponibilidad y el normal abastecimiento de gas-oil para que los transportistas y los productores puedan cumplir con sus tareas, en el tiempo que la biología de los cultivos lo requiere, en plena época de cosecha de maíz y a poco del comienzo de la cosecha de sojas tempranas.

El ala más dura del oficialismo está más preocupada por conseguir plata al costo que sea, el 2% de aumento a las retenciones de aceite y harina de soja, equivalentes a casi u$s 600 millones anuales, ya no es suficiente y no alcanza.

En este punto, el argumento del Gobierno es que el dinero generado por el aumento de las retenciones se destinaría a crear un fideicomiso, con el objetivo de retrotraer los precios de la harina al nivel de 1200 $/bolsa.

Con una cotización de este insumo que hoy se ubica sobre los 1700 $/bolsa, queda claro que esta decisión fue una cortina de humo, para aumentar la presión recaudatoria sobre el campo.

Cada mes que pasa el gobierno recibe un “regalito” de ingreso de divisas récord, pero queda ver que pasará en Abril, cuando se reduzca la oferta de maíz -al culminar la cosecha de los maíces tempranos- y recién va a comenzar la cosecha de Soja. Abril puede ser el mes de quiebre, donde la liquidación de divisas sorprenda por lo bajo y no por lo alto.

LIQUIDACIÓN DE DIVISAS RECORD, NO ALCANZA :

la liquidación en el mes de Marzo llego a un record de u$s 2,984 millones , luego del record de Febrero u$s 2,500 millones. El principal producto fue el maíz con u$s 1,700 millones y el trigo con u$s 800 millones. La soja todavía ni aparece pues su cosecha recién comienza en el mes de Mayo. El maíz es una papa caliente para el productor, el productor no vende maíz vende logística, la estrategia es vender de la tranquera directo al puerto.

Así se evitan costos de almacenaje y doble movimiento de la cosecha, además el productor está haciendo caja con el maíz, la soja la va a vender a cuenta gotas.

EL MUNDO EN CRISIS:

El mundo enfrenta una de las peores crisis económicas, financieras y comerciales, de toda la historia contemporánea. A la crisis del COVID que impacto sobre la actividad económica mundial, se debe agregar más recientemente el conflicto del Mar Negro, uno de los principales polos de oferta de granos y oleaginosos del mundo. Mientras asistíamos a un freno en la demanda de combustibles, provocando la fuerte baja en el barril de petróleo.

El COVID obligó a los bancos centrales de las principales potencias del mundo a endeudarse, con el propósito de poder tender un puente de ayuda a los sectores más afectados por la crisis, empezando por los consumidores.

Entre crisis y crisis, el precio de los commodities agrícolas experimentó una fuerte suba, exacerbada por la invasión de Rusia a Ucrania. La Argentina es el segundo exportador mundial de maíz, luego de Estados Unidos y es el cuarto exportador mundial de trigo.

Lo sucedido en estos dos países repercute directamente en nuestros precios locales de trigo y de maíz. Sin embargo, nuestro mercado no copia en forma directa ni lineal lo sucedido en el precio internacional.

Sucede que en estos dos mercados el Gobierno tiene intervención directa en la definición de los saldos exportables, lo que provoca fuertes distorsiones entre nuestros precios y los del mercado internacional, por supuesto siempre con impacto bajista en los precios perjudicando no solamente al productor sino a toda la cadena agro comercial, industrial y exportadora.

Crisis Mar Negro –

El mundo se está dando cuenta que la “oferta” esta distorsionada y además la misma no alcanza.

El conflicto entre Rusia-Ucrania, los guardianes del Mar Negro, una de las principales zonas exportadoras de trigo, maíz y aceite de girasol del mundo, sigue generando un alto nivel de incertidumbre impactando de lleno en el balance de oferta y demanda mundial.

En su informe del pasado 8 de abril, el USDA redujo las exportaciones de maíz de Ucrania en 4,5 mill tons (23 mill versus 27,5 mill), la primera víctima del conflicto. Para maíz de Brasil, el organismo norteamericano aumentó su estimado de producción de 114 a 116 millones de toneladas, aumentando también sus exportaciones de 43 a 44,5 mill tons, compensando en parte la caída en la oferta de maíz de Ucrania.

En el mismo informe, redujo las importaciones de maíz de China de 26 a 23 millones de toneladas, una forma de ir racionando demanda en función de la firmeza de los precios internacionales. La baja de superficie de siembra de maíz americano, estimada en 1,54 millones de hectáreas, será difícil de compensar con rindes bien cerca de los récords históricos o por el alto porcentaje de área cosechable, que el organismo estima. Hay alto riesgo para la nueva cosecha de maíz americano si el clima no acompaña y asegura una correcta evolución de los cultivos. En una hipótesis de ocurrencia de sequía durante la primavera-verano del hemisferio norte, podrá haber una potencial baja en los rendimientos afectando producción y exportaciones. Un escenario por demás alcista para el maíz si esto sucede. Mientras tanto en la Argentina el gobierno sigue limitando los registros de exportación de maíz, aceptando solo nuevos registros bajo determinadas condiciones de compras, contratos y vapores nominados a la carga en un plazo mediato.

EL GOBIERNO CULPA AL TRIGO, PERO SE EQUIVOCA DE ENEMIGO

En estos momentos las exportaciones de trigo están cerradas, ante la política intervencionista y restrictiva del oficialismo, que impide a los exportadores registrar nuevas ventas al exterior. La excusa es impedir la suba de los precios en el mercado interno, y evitar así el aumento del precio de la harina y de los productos panificables, como lo es el caso del pan con precios de mostrador que se acercaron a los 300 $/kilo.

De acuerdo a la fundación FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina), la incidencia del precio del trigo en el precio del pan es del 10,6%, un 2% son impuestos al trigo y el 87,4% de costo corresponde a impuestos, ingresos del molino y el margen de la panadería. En el caso de los fideos el 11,2% corresponde al trigo, el 2,1 % a impuestos al trigo y el 86,7 % a impuestos, ingresos del molino y costos de comercialización.

Analizando la estructura del costo de la harina a nivel molino, siempre haciendo referencia al informe FADA, el trigo representa el 70% del costo total de la harina, el 2,1% corresponde a costos de producción, el 5,6% a insumos, 2,3% es costo laboral, 4,7% gastos de comercialización y 6,3% corresponde a impuestos.

Conociendo entonces la estructura de costos a nivel molino harinero y a nivel de panadería o empresa de panificación, se puede interpretar la errónea estrategia del gobierno de pretender retrotraer el precio de la harina a valor de 1200 $/bolsa, mientras que el precio de la harina hoy en el mercado es de 1700 $/bolsa.

La incidencia del trigo en el procesamiento de la harina es lo suficientemente alta como para hacer muy difícil que converjan en forma artificial y autoritaria el precio del trigo con el precio de la harina, como es la pretensión del gobierno.

Está demostrado que las intervenciones a los mercados nunca dan resultados positivos cuando se pretende manipular los índices de inflación, echando toda la culpa y responsabilidad al origen del producto industrializado y procesado, el trigo. Y no toman en cuenta que la inflación es un fenómeno multicausal donde intervienen, el elevado gasto público, la balanza comercial negativa, el permanente ajuste en el precio de las naftas, el aumento de los salarios, las cargas sociales, las elevadas tasas de interés, el gasto de la política que nunca se ajusta, y así podemos seguir.

La realidad nos muestra que aun con los registros de exportación cerrados el precio del trigo en el mercado doméstico sigue influenciado por las fuerzas del mercado interno, pues los exportadores no participan activamente en la generación de demanda ya que no pueden exportar más allá de lo que ya tienen registrado.

“El futuro del país necesita, para poder dejar el pasado, conocer cuál es su rumbo”.

El sector agropecuario, a partir de su base de productores, tiene muy bien en claro cuál es su rumbo. El rumbo es; como primer eslabón de la cadena, la esencia de seguir siendo productores.

A partir de esa esencia, los pilares se sustentan en aumentar la productividad de los cultivos, invertir en tecnología y en la ciencia del conocimiento, continuar con la mira en la sustentabilidad, mantener la rotación de los cultivos como concepto básico de mejora continua, con el objetivo supremo de generar y compartir riqueza, aumentar las exportaciones agropecuarias y agroindustriales, mejorar la balanza comercial vía mayor generación de divisas e ingresos para el estado, esto último en forma compulsiva, obligatoria, y contra la voluntad del 100 % de los productores.

El sector político encarnado en el oficialismo “no tiene rumbo adonde quiere llevar ni como conducir los destinos futuros del país” Las líneas paralelas jamás se cruzan

PABLO GUSTAVO ADREANI

Contacto: adreani@agripac.com.ar

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