Silvio Pajor Flores es un técnico del INTA Villa Angela que se capacitó en ganadería y viene trabajando en el área regenerativa junto a productores del sur del Chaco.
En una evaluación hecha por el estado de la ganadería y las pasturas luego de las lluvias ante la pregunta de Agroperfiles, dijo que “sin dudas las lluvias cambia el ánimo, y es el primer escalón como para generar algún cambio, si es que toman consecuencias” remarcó. Y a pesar de la esperanza renovada, los efectos prácticos en la producción todavía tardarán en llegar.
En este sentido, indicó que el crecimiento de las pasturas naturales, vitales para la actividad ganadera, aún está en proceso. “En 15 o 20 días, a partir de una lluvia considerable, arranca el crecimiento lento en aquellos lotes que están sobre pastoreados”, explicó Pajor. Y aseguró que el proceso de recuperación depende tanto del volumen de precipitaciones como del manejo previo del suelo y los animales.
Sin embargo, los riesgos siguen presentes. “La alimentación deficiente y los brotes demasiado tiernos están provocando problemas digestivos en los animales. Están consumiendo ya esos rebrotes que son muy tiernos, y generan un cambio en el rumen que los debilita aún más”, advirtió el ingeniero, señalando una preocupación veterinaria que afecta directamente al estado general del ganado.

Silvio Pajor Flores, del INTA Villa Angela
EL SUELO, UN FACTOR CLAVE E INVISIBLE
Un fenómeno destacable, observado por productores de toda la provincia, es la sorprendente capacidad de absorción de los suelos tras la sequía prolongada. “La recarga de los acuíferos se está dando”, explicó Pajor, aunque aclaró que todavía “necesitamos mucho más aún”. En algunas zonas, las lluvias superaron los 100 milímetros, alcanzando incluso el doble, lo que generó tanto alivio como excesos que no siempre pudieron aprovecharse eficazmente.
El experto citó al geólogo Ramón Vargas para explicar este fenómeno desde la física del suelo. “Al estar cuatro o cinco campañas secándose, eso reduce el tamaño de las arcillas y genera espacios vacíos. Ahora con las lluvias, el agua se escurre rápidamente en esas grietas”, detalló Pajor. La consecuencia directa es que, en algunos casos, represas enteras desaparecieron en cuestión de horas debido a estas fisuras en el suelo.
“Fue impresionante. En una represa con agua, en dos horas ya no quedaba nada. Y al mirar, se encontró una grieta dentro de la represa”, relató. Del mismo modo, acentuó que esta situación “revela no solo la vulnerabilidad del sistema hídrico, sino también la necesidad de adaptar las estrategias de manejo del agua a las nuevas condiciones del suelo”.
EL MANEJO DEL AGUA, UNA PRIORIDAD URGENTE
Frente a este escenario, surge la necesidad de revisar las prácticas de retención y uso del agua. “Hay que saber manejarla un poquito cuando la tengamos, y no que se vaya por los canales. Es una vena que se va sin poder sostener esa cantidad de agua”, lamentó Pajor, destacando la urgencia de implementar técnicas más sostenibles.
Entre las posibles soluciones, mencionó la construcción de pequeños bordos y la implementación de estrategias de infiltración. “Lo dice muy bien el presidente de la APA: hay que absorber en los campos, no hay que estar en los canales para vociferar”, afirmó el ingeniero.
Este enfoque apunta a retener el agua donde cae, maximizando su impacto productivo y evitando pérdidas innecesarias. Además, mencionó la necesidad de revisar los esquemas de arrendamiento rural.
“Muchos de ellos, acordados de forma anual, impiden pensar en un manejo ganadero de largo plazo. En un plan con una actividad ganadera, tendrían que ser ya arrendamientos más largos”, señaló Pajor, y afirmó que, sin estabilidad jurídica y temporal, “se vuelve difícil planificar y aplicar prácticas que requieren tiempo y compromiso”.
LA SEQUÍA COMO LECCIÓN
La reciente sequía fue, en palabras del ingeniero, “la histórica, la mayor, el mayor impacto aparentemente”, dejando en claro que el cambio climático no es una amenaza lejana, sino una realidad actual que requiere respuestas urgentes.
Para Pajor, la clave está en trabajar “no en contra, sino a favor de la naturaleza. Hay que tomar decisiones con la cabeza fría, consultando a los que saben y tienen experiencia” afirmó, y remarcó la importancia de pensar en horizontes de mediano y largo plazo, con políticas técnicas antes que políticas partidarias. “La sequía dejó un mensaje claro, o se aprende a convivir con la naturaleza, o se corre el riesgo de desertificación” alertó, asegurando que “tenemos que aprender o aprender, porque si no, vamos a transformarnos en un desierto”, concluyó Silvio Pajor Flores.