En un escenario económico cada vez más difícil para el trabajador maderero, la Unión de Sindicatos de la Industria de la Madera de la República Argentina (USIMRA) y la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) cerraron el jueves un nuevo acuerdo paritario con un sabor agridulce, pero con el objetivo puesto en sostener el empleo en un sector que pide auxilio en los últimos cuatro meses.
Se trata de un bono de $8000 a cobrar en la segunda quincena de junio, junto al salario mensual y el medio aguinaldo, y acordaron en paritarias una recomposición salarial de un 2% mensual para julio, agosto y septiembre, más un 1,6% para octubre.
“Es poco, pero es lo que hay”, sintetizó con resignación Domingo Paiva, secretario general del gremio SOIME en Eldorado, Montecarlo y San Pedro, al referirse al acuerdo alcanzado durante la segunda ronda de negociaciones salariales el jueves.
La decisión de aceptar el bono y una paritaria moderada responde, según el dirigente, a un único objetivo: sostener los puestos de trabajo.
“Hemos logrado un bono de $8000, no lo que preferíamos ni lo que el trabajador necesita. Pero este acuerdo se cerró para conservar la fuente laboral en medio de una crisis muy seria”, explicó Paiva.
“Las empresas están pidiendo subsidios, condonaciones, y declarando la emergencia. Solo pedimos que si reciben ayuda del Estado, no despidan personal”, remarcó.
Caída de ventas, exportaciones paralizadas y un futuro incierto
La industria maderera, históricamente dominada por PyMEs en Misiones, atraviesa uno de sus peores momentos. La caída del consumo interno, el encarecimiento de los costos en dólares, los cambios arancelarios en el mercado de exportación —como el caso de Estados Unidos— y la falta de financiamiento empujan a la actividad a un estancamiento.
“La discusión salarial tuvo resistencia empresaria: muchas no querían actualizar sueldos ni en junio ni en julio”, señaló el dirigente sindical. “Finalmente se acordó este bono de $8000, que el trabajador cobrará este mes, sumado al salario y al aguinaldo”.
Un salario cada vez más lejos de la canasta básica
Paiva también describió con preocupación el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores del sector: “Hoy, el 60% del salario se va en servicios básicos como energía, agua, transporte y educación. El salario está lejos de cubrir la canasta básica. Antes, un 20% del ingreso podía destinarse a servicios; hoy, esa ecuación está completamente invertida”.
A pesar de que el Gobierno nacional fijó un techo de 1% para las negociaciones paritarias, USIMRA logró cerrar una mejora del 2% para los próximos tres meses y del 1,6% para octubre. “Acordamos que, tras las elecciones, se reabra la mesa de discusión porque seguramente habrá nuevas medidas o ajustes económicos”, adelantó Paiva.
“El acuerdo tiene como meta que las empresas no se caigan y que el trabajador no pierda su empleo. Acordamos esto con la expectativa de que las industrias consigan asistencia estatal y mantengan su compromiso con el empleo”, subrayó Paiva.
“La tolerancia que tuvimos para firmar este acuerdo es pensando en sostener la actividad entre todos: empresas, trabajadores y el Estado. En este contexto, cada esfuerzo cuenta”, concluyó.