El asesor privado Mariano González analizó con preocupación la situación que atraviesa el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), resaltando su rol estratégico en las economías regionales y el desarrollo territorial.
“Lo que está pasando con el INTA es puro desconocimiento”, afirmó. “También nosotros, como región, tenemos nuestra parte de culpa por no mostrar más lo que el INTA realmente hace”.
Uno de los ejemplos recientes que destacó fue la participación del equipo del INTA en el evento de lanzamiento de la temporada primavera-verano de la marca Pato Pampa, en Villa María.
“Ayer estuvieron presentes Alex Montenegro y Mauricio Tcacj, que son del INTA. Hicieron una introducción sobre la FELPA y cómo viene el desarrollo de toda esa cadena. Acompañaron el evento y se le dio mucha difusión a lo que significa toda la cadena productiva”, comentó.
González señaló que en ese espacio se logró reunir a todos los actores de la cadena textil: desde el consumidor final hasta quienes producen la semilla, procesan el hilo o confeccionan la prenda. “Cuando se sientan todos en la mesa, los valores empiezan a cambiar. Uno dice: ‘Si yo pago tanto por el algodón, y tanto por el jersey, y tanto por el costo de confección… entonces el productor debería estar cobrando, no sé, 16 millones de pesos la tonelada acá en Argentina’”, explicó con tono crítico.
El asesor valoró la importancia de este tipo de encuentros donde se visibiliza el trabajo del INTA y se reflexiona sobre la distribución del valor en la cadena productiva. “Hay muchas cosas que se dijeron ayer y que seguramente los chicos van a poder contarte mejor. Pero lo importante es que el INTA estuvo presente, y ese tipo de acciones son fundamentales”, subrayó.
También, expresó que este caso es solo una muestra de la diversidad de acciones que el INTA lleva adelante en distintas regiones del país. “Así como te hablo de esto, te puedo hablar de muchas otras cosas que el INTA hoy está haciendo. Lo que falta es visibilizarlo más”.
“Falta compromiso del sector para visibilizar los problemas del productor”.
Mariano remarcó que el desconocimiento no afecta únicamente al INTA, sino que es un síntoma generalizado en todos los niveles del sector agroindustrial.
“El desconocimiento es a todos los niveles. No es solamente el INTA”, expresó. “Ayer mismo, en los programas de televisión, los productores repetían lo mismo que venimos diciendo hace tiempo. Pero el tema es que tampoco nos involucramos como deberíamos: no salimos a hacer informes, a contar lo que pasa, a visibilizar los problemas. Nos quejamos entre dos o tres, pero no hablamos en serio de cómo mejorar las cosas”.
Escenario preocupante
González describió un escenario preocupante para los productores, que vienen arrastrando pérdidas y enfrentan una creciente presión del sector privado sin recibir respuestas concretas. “No están bien. Y no solo por las pérdidas de este año, sino por lo que ya venían arrastrando. El productor se encuentra con que el sector privado no está dando ninguna respuesta. Todos quieren cobrar, todos amenazan desde distintos lugares, y el productor queda crucificado, mientras necesita producir y apostar”, detalló con preocupación.

La tensión crece en pleno junio, advirtió, debido a que comienza una etapa clave en la negociación de alquileres de campos. “Ahora empieza el problema más grave, que es la negociación de los alquileres. Va a venir gente de afuera que otra vez va a hacer quilombo en nuestra zona. Pagan altos alquileres, después les va mal y se van de la noche a la mañana. ¿Y quiénes quedan? Los de siempre, los que están todos los años, los que siguen apostando”.
Con un tono directo, González dejó en claro que la falta de compromiso del propio sector también juega un papel importante en la falta de soluciones reales. “Están todos nerviosos, de acá y de allá, pero no hay una mirada estratégica de largo plazo. Las cadenas se empiezan a romper y todavía no vimos lo peor”.
“El INTA es muy nuestro, y duele que no se lo valore”.
Volviendo al tema del INTA, González remarcó su compromiso personal con la institución, dejando en claro que conoce de primera mano el valor de su trabajo y el impacto que tiene en las economías regionales. “Yo estoy convencido de las cosas que hace el INTA, al menos de lo que yo conozco”, afirmó. “Está bien que haya cosas que se deban repensar dentro de la institución para mejorar la eficiencia. Nosotros la conocimos de una forma, ha ido cambiando y queremos que sea aún más eficiente. Pero eso no quita el valor enorme que tiene”.
A pesar de los cuestionamientos y recortes, González cree que no hay mala intención, sino un profundo desconocimiento por parte de quienes toman decisiones desde lejos. “No creo que lo hagan con maldad. Me da pena, porque hay un gran desconocimiento. Y nosotros en el interior eso lo sufrimos mucho”.
Con un dejo de preocupación, anticipó que muchas personas ligadas al INTA quedarán fuera del sistema si la situación sigue avanzando en la dirección actual. “Lamentablemente, muchos amigos van a quedar afuera. Y eso nos obliga a empezar a mirar las cosas de otra manera”, dijo. “Porque el INTA es muy nuestro. Tiene un valor enorme para nosotros: desde el trabajo con el algodón, que es nuestro cultivo emblema, hasta la hilandería, el manejo de pasturas y muchos otros temas técnicos que están adentro”.
“El productor no está acompañado y eso duele”. Mariano González propone fortalecer la red de apoyo al sector agrícola. Además, se refirió al difícil momento que atraviesan muchos productores chaqueños, no solo por lo económico, sino también por la falta de apoyo y el desgaste emocional que implica “empujar solos”.

“Tenemos que reunirnos, hacer una ronda de comunicaciones, considerar y premiar a los productores que hicieron un gran esfuerzo y llegaron hasta el final, acompañar a aquellos que se sienten solos. Porque esto recién empieza y va a haber muchos problemas más”.
González apuntó a la necesidad de abrir los oídos al productor común, al que está todo el día en el campo: “Hay productores con ideas fabulosas, con una mirada realista, concreta, y muchas veces no los escuchamos. Mientras tanto, seguimos empujando con resoluciones propias, pero la parte que tiene que tomar decisiones no se inclina nunca”.
El primer lote de extra larga en San Juan
A fin de mes se cosechará el primer lote de algodón de fibra extralarga de Argentina, y posiblemente de Sudamérica. “Si Dios quiere, a fin de mes vamos a cosechar Felpa, el primer lote de extralargo del país. Es algo histórico”, aseguró con entusiasmo.
El proyecto se lleva adelante junto al productor Mauricio y un equipo técnico comprometido. Algunos productores de Chaco y Santiago del Estero ya viajaron más de 1000 km para ver los lotes en persona. Allí comprobaron que las estimaciones de rendimiento superan los 7000 kg, e incluso alcanzan los 10000 kg por hectárea. “Al principio muchos productores dudaban, pero cuando vieron los lotes y Guillermo les explicó todo el manejo, entendieron que esto es real”, relató González.
El proceso de poscosecha será meticuloso. Aunque no se cuenta con la desmotadora ideal (de rodillo), se intentará preservar la calidad de la fibra con una desmotadora lenta, para evitar daños. El objetivo no es solo técnico, sino también comercial y simbólico: “Queremos brindarle un puñado de kilos a quienes nos apoyaron desde el inicio. Y también entusiasmar a las hilanderías que sueñen con nosotros. Este algodón no es de una marca, ni del INTA, ni de Pato Pampa: es de todos”.
González adelantó que se está trabajando para consolidar un mercado premium de algodón, como se hace con los lotes de girasol o soja de calidad diferenciada. La idea es rematar los lotes prima a través de instituciones o con el respaldo del grupo AgroPerfiles.
“Queremos que la industria escuche a los que más saben: los que trabajan la fibra. Este algodón tiene un diferencial por calidad. Si después lo quieren pagar o no, ya será otro tema. Pero vamos a defenderlo con todas las letras”.
Con este paso, González aspira a salir de lo que llama “el mercado pobre del algodón”, buscando agregar valor, identidad y orgullo a una producción emblemática del norte argentino.
“No nos olvidemos: el productor es el primero que pone el pecho. Nada de esto se hace si el productor no mueve sus herramientas. Esa es la clave: trabajar por y para el productor”.
En un país de incertidumbre climática y económica, el productor sigue siendo el corazón del sistema agroalimentario. “Hay cosas que se pueden mejorar, pero al productor hay que mimarlo, protegerlo siempre.
Realidad
En medio del entusiasmo por el avance del algodón de fibra extralarga, González no pierde el foco. Ya son una realidad más de 30 toneladas de fibra, listas para abrir un nuevo capítulo en la industria textil nacional. Sin embargo, el verdadero motor del proyecto sigue siendo el compromiso silencioso de quienes siembran, riegan, cosechan y apuestan. “Hoy la suavidad de las prendas no va a depender de un químico, sino de la genética misma de la fibra. Va a ser el cuerpo quien sienta la diferencia. Esto es real, no es más una promesa”.
El camino no fue fácil. Al principio hubo escepticismo, dudas, voces que no creían. Pero con un capullo, un puñado, una prenda, la historia empezó a escribirse. “Somos increíbles los argentinos… pero no cree nadie. De a poquito fuimos demostrando. Hoy ya tenemos lo necesario para que una industria se anime a firmar un contrato de tres años y a decir: ‘quiero producir esto con estos productores’. Y ahí empieza todo”.