“El Bermejo es uno de los ríos con mayor carga de sedimentos en la cuenca del Plata, transportando un promedio de un kilo de tierra por cada mil litros de agua durante la temporada de estiaje y hasta 20 kilos en épocas de crecida”, dijo al programa Agroperfiles Radio Hugo Rohrmann, un especialista en temas hídricos y docente de la UNNE.
Se refiere a las tantas veces expuesta “necesidad” de usar el río Bermejo como fuente de agua para riego y para consumo, cuestión que se dificulta en algunas temporadas de bajante, pero fundamentalmente por la gran cantidad de sedimentos que tiene y arrastre el caudal.
A entender del especialista, esta característica representa un desafío significativo para las infraestructuras hidráulicas y la potabilización del agua en la región.
LAS PLANTAS
“Las plantas de tratamiento, como la ubicada en Castelli, enfrentan dificultades constantes para manejar esta cantidad de sedimentos. Durante la temporada seca, el caudal del río disminuye drásticamente, dejando a las tomas de agua fijas lejos del flujo principal. Esto obliga a implementar soluciones móviles o a dragar canales para garantizar el abastecimiento de agua. Sin embargo, el mantenimiento y limpieza de los sedimentos implican costos elevados y problemas técnicos recurrentes, como el desgaste prematuro de las bombas” consideró el Ingeniero Rohmann.
Además, sostuvo que el manejo de los sedimentos genera acumulaciones de tierra que deben ser devueltas al río para evitar montañas de material inservible. “Este proceso es costoso y, en algunos casos, logísticamente inviable, especialmente en instalaciones alejadas del cauce principal”, remarcó.
IMPACTO HISTÓRICO Y PROYECCIONES FUTURAS
La problemática del río Bermejo no es reciente. Desde hace décadas, se plantearon proyectos de canalización para aprovechar su caudal y llevar agua a zonas áridas como el impenetrable chaqueño o Santiago del Estero. Sin embargo, la cantidad de sedimentos hace que estas obras sean prácticamente inviables, ya que en un año el canal quedaría obstruido.
A nivel global, el Bermejo es estudiado por su comportamiento único y su capacidad para transportar grandes volúmenes de sedimentos. Según Rorhman, “este río se encuentra en un proceso geológico de retroceso, similar al río Pilcomayo, que ha modificado su desembocadura a lo largo de miles de años. Aunque este cambio no será visible en nuestra generación, evidencia la dinámica compleja y cambiante de este ecosistema”.
Por otro lado, indicó que las comunidades locales continúan enfrentando los efectos negativos del río, como la falta de agua potable, el deterioro de infraestructuras y los desbordes anuales. “Estas problemáticas requieren una planificación integral y sostenible que tome en cuenta tanto las características naturales del Bermejo como las necesidades humanas” dijo.
ES UN RECURSO VITAL PARA LA REGION
Por último, señaló que el Río Bermejo “es un recurso vital para la región, pero también una fuente de constantes desafíos. La combinación de inundaciones, erosiones y sedimentos exige una estrategia integral que contemple tanto medidas paliativas inmediatas como soluciones estructurales a largo plazo. Por ello, las autoridades locales y nacionales deben coordinar esfuerzos para garantizar la protección de la infraestructura existente y el suministro de agua potable a las comunidades”, finalizó Rorhman.
Rohrman: Lean a Manuel Belgrano. Él sabía cómo manejar el Bermejo. Aprendan también porqué Belgrano insistía con la siembra de cáñamo y de lino.
Miren el hundimiento del dique del rio Negro en Barranqueras. El canal de drenaje bajó más de 6 metros.
Hormigón llevado por el río.
Tenemos suerte hasta ahora.
Si no se sienten capaces: RENUNCIEN.