Mujeres rurales: alma, corazón y lucha

Agroperfiles quiere hacer un reconocimiento a todas las mujeres rurales del norte argentino que tratan de llevar con su trabajo su cuota de colaboración para que tengamos un país productivo, más justo pero con una visión de desarrollo.

Seguramente nos faltaría espacio y tiempo para nombrar a cada mujer de Chaco, Formosa, Santa Fé, Corrientes y Santiago del Estero que pone su esfuerzo cada día por el campo, por su familia y por su nación.

Pero en pocas líneas, Agroperfiles quiere mencionar a algunas de ellas.

ANA VICTORIA: LA MUJER DE TIEMPO COMPLETO

Ana Victoria Hupaluk, que tiene 69 años.  Toda su vida dedicada a la actividad del campo. A los 22 años comenzó a trabajar junto a quien fuera su pareja y cuando tenía 20 años de edad empezó con la producción  de carbón. Ya desde los 12 años preparaba las listas de mercaderías para la gente, es decir, para los peones. La conocen como “Doña Ana”, “Anita”, o simplemente “la Ana”. Es servicial, dispuesta a ayudar y pelear por su sector, el productivo. Preside la Asociación Empresaria y Forestal del Oeste Chaqueño pero se define como productora ganadera. “Esta mujer no se queda quieta, va y viene al campo, ella se encarga de contestar la radio de HVF preguntando a los vecinos como están, si pasó algo, sufre cuando se corta la luz que es toda una lucha”, le dice a Agroperfiles su hija Silvia.

Ana Victoria Hupaluk, de Los Frentones

KARINA WIESE, EN EL ÑANDUBAY

Karina Wiese tiene 46 años y se las ingenia para repartir su tiempo entre la docencia y las tareas rurales. En momentos en que las cuestiones del clima y los mercados le han puesto fuertes trabas a la rentabilidad del productor agropecuario, Karina redobla esfuerzos trabajando junto a su hermano en el Lote 72, Colonia El Ñandubay, entre Du Graty y Santa Sylvina.

“Estoy trabajando en el Colegio Agrotécnico N° 40 de Du Graty, en 9 materias técnicas, de lunes a miércoles, luego me voy a las actividades de campo, me reparto entre la ganadería y como contratista junto a mi hermano, tanto la educación como los hierros son mi pasión”, le cuenta a Agroperfiles.

Dice que cada día sigue aprendiendo de la nueva tecnología, para que los tengan la práctica. “Todo va cambiando y nosotros tenemos que aggiornarnos, y usar esa tecnología para superarnos”, considera convencida.

Karina Wiese, del paraje El Ñandubay, entre Du Graty y Santa Sylvina

ETHEL BERENYI: “CON 20 CABRAS, SOY MESSI”

Ethel Berenyi tiene 28 años y en su pequeño establecimiento rural en la zona de Enrique Urien, y con solo seis cabras obtiene leche para hacer quesos y ponerlos a la venta.

Dice que si tuviera la oportunidad de comprar 20 ó 30 cabras lecheras, se sentiría Messi.

Con seis cabras criollas, produce quesos y quiere ampliar su producción

Se dedican a la actividad agropecuaria en un predio que le cedió su suegro, trabajan en la cría de las cabras pero no les alcanza para cubrir la demanda que tienen.

“Son poquitas las cabras, ojalá pudiera tener recursos o un crédito para comprar más hembras porque la demanda es muy grande”, le dijo a Agroperfiles, contando que tiene la infraestructura necesaria: “tengo los corrales, tengo agua, solo me faltan recursos para comprar unas cabras”, agrega.

Comenta que en un curso de capacitación sobre producción primaria, conoció a otras productoras caprinas y emprendedoras “que me alentaron, como la doctora Adriana Kizur, y esto nos muestra que podemos hacer mucho desde el campo”.

Ethel Berenyi, de la zona de Enrique Urien

ADRIANA KIZUR: “CON BUEN ACENTO ARGENTINO”

Desde chica vivió en el campo en la zona de Villa Angela. Estudió y se recibió de médica veterinaria en la UNNE, y al poco tiempo, viajó a Chile a estudiar porque su sueño fue especializarse en reproducción animal, inseminación artificial, transferencia de embriones, y todo sobre genética.  “Y lo pude hacer gracias a Dios, con bastante esfuerzo”, le cuenta en una extensa entrevista con Agroperfiles.

Adriana y su familia son un ejemplo de aquellos que inversamente a lo que otros hicieron, viviendo en la ciudad, resolvieron radicarse en el campo.

Allí vive, en cercanías de Mesón de Fierro, con su esposo y sus dos hijas que concurren a un colegio secundario rural. Cría cabras, y su sueño es instalar en poco tiempo más un tambo caprino, para la producción industrial de quesos, manteca, leche y derivados de este producto.

Actualmente tiene un plantel de 70 cabras madres, y un proyecto que está en pleno desarrollo, a pesar de la intensa sequía que azotó por casi tres años seguidos la región, en una perfecta combinación entre monte, ganadería y también algo de alfalfa, cultivada por un arrendatario.

Adriana Kizur, de la zona de Mesón de Fierro

LUCI NUÑEZ: CON 25 AÑOS SE HIZO CARGO DEL CAMPO

Luci Nuñez, es una pequeña productora de la zona de Tres Isletas que ha dejado sus actividades y sus estudios para dedicarse a la ganadería y el cuidado del campo de su familia.

Cuando su padre falleció, ella tomó la posta y se cargó al hombro la responsabilidad de trabajar para sostener a su familia. Con luchas, adversidades, pero con convicciones profundas, esta es una de las tantas mujeres rurales que enorgullecen a la Argentina y al Chaco en particular.

La productora relata  a Agroperfiles que en un principio su padre se dedicaba a la actividad agrícola, pero al verse complicada la situación tuvieron que volcarse a la ganadería. “El falleció hace 4 años, así que yo dejé mis estudios y vine al campo a trabajar”, cuanta Luci que con sus cortos 25 años tuvo que hacerse cargo del campo familiar junto a su madre luego de la muerte de su padre.

Luci Nuñez, de la zona rural de Tres Isletas, Chaco

SYLVINA ABATE: BIEN DEL NORTE SANTAFECINO

Silvina Abate, es una pequeña productora agropecuaria de Florencia, Santa Fe, la joven es precandidata a senadora provincial por el Departamento General Obligado y pide al sector productivo el apoyo en las elecciones, apostando por algo distinto “porque para lograr cambios a veces hay que arriesgarse por caminos diferentes”.

Habló sobre los efectos de la sequía en los sectores de producción agrícola y ganadera, en una zona muy afectada por el clima.

Silvina tiene 35 años y es madre de una beba de quien dice que “me cambió el mundo, me llenó no solo de felicidad, sino que me ayudó a no dejar morir los sueños”.

Conoce la esencia misma de lo que viven los productores de pequeña escala. “Soy hija de un peón rural, nací en el campo y estudié en la escuela rural”, comentó.

Sylvina Abate, desde Florencia, provincia de Santa Fé

ÁNGELA SANCHEZ, APOSTANDO AL ALGODÓN EN CLODOMIRA

Firme, convincente, con la fuerza de los desafíos por delante, Ángela Yolanda Sánchez de Kassis, se levanta bien temprano en la mañana, y se dispone a emprender la tarea diaria.

Viven en una finca en Clodomira, Santiago del Estero, capital nacional de la alfalfa. Pero Ángela y los Kassis le apuestan al algodón.

Ángela Yolanda Sánchez de Kassis, orgullosa, muestra la nueva adquisición de la firma familiar; una cosecha a rollo, con la cual comenzará hoy a levantar el algodón a terceros.

Ángela es la que lidera la empresa familiar agropecuaria Dej’de SRL. Cuenta que con la adquisición de esta segunda cosechadora a rollo John Deere, con el sistema picker, “vamos a trabajar muy duro, porque este año vino muy complicado el clima en esta zona”, dice.

Sostiene que el cultivo de algodón “es una gran ventaja porque es duro, aguanta el embate del clima, y no lo ha dejado a ninguno en llantas, por eso siempre defendemos el cultivo”.

Angela Sánchez de Kassis, desde Clodomira, Santiago del Estero