“¿Cómo le daremos de comer al mundo sin agroquímicos?”

José Schpeir es un ingeniero agrónomo de Reconquista, provincia de Santa Fé, que aún no sale del asombro porque en Misiones se prohibió el uso del glifosato.

“Esperemos que no se produzca un efecto cascada, porque sencillamente irían en contra de la producción de alimentos”, dijo.

De esta manera comienza un diálogo mantenido con Agroperfiles, respecto al debate que se está llevando a cabo por la prohibición del glifosato en Misiones y las controversias que esto ha generado.

El técnico señala que hace años atrás en el Colegio de Ingenieros de Santa Fé, se presentó una nota al SENASA, donde se mostraron estudios científicos, donde se dejaba ver que la partícula de glifosato se inactiva totalmente al tocar el suelo.

“Estos productos tienen años de desarrollo e investigación y gente muy capacitada para estos trabajos”, dijo.

“Yo comparto que los productos agroquímicos bien usados no generan ningún problema”, señaló y apuntó que hay un movimiento a nivel mundial que quiere llegar a la no utilización de agroquímicos en el campo.

Ante esto—señaló Schpeir– la pregunta es ¿cómo le damos de comer al mundo? Porque no hay una base sustentable de sistema de producción totalmente agroecológico que pueda soportar la capacidad a nivel mundial de gente que hay para darle de comer”.

EUROPA USA CUATRO VECES MAS QUE AMERICA DEL SUR

Con relación a los agroquímicos, si se mira la cantidad de fertilizantes que se ocupan tanto en Estados Unidos como en Europa, son prácticamente cuatro veces más de lo que usamos nosotros”

 En Sri Lanka prohibieron totalmente el uso de glifosato y a los dos años tuvieron que revertir esa situación porque no podían producir alimentos y la gente se estaba muriendo de hambre, indicó.

Analizó que si bien el sistema agropecuario entra en recuperación rápida y no tarda como en la ganadería, si se prohíbe la total utilización de agroquímicos y no hay para darle de comer al mundo, “y eso no es algo que se pueda revertir en solo unos meses sino que va a llevar mínimo un año, hay que pensar en esas consecuencias a futuro, lo que puede traer la baja de producción”, advirtió el técnico.

SOBRE LA SEMILLA E INSUMOS

Respecto a la provisión de insumos y semillas, el ingeniero Schpeir hizo su evaluación comparativa de este año al año anterior.

“El año pasado por todo lo que significó la guerra en Ucrania, la campaña de girasol se vio afectada por la falta de semilla en los semilleros y comercios, debido a la alta demanda que hubo”.

Este año la situación es diferente, si bien en los comercios todavía hay algo de semilla, los productores que no han sembrado acá y en el sur, tienen incertidumbre y no se deciden si hacer girasol o soja, en algunos casos están yendo para el lado del algodón”, afirma que es una situación incierta tanto para el productor como para el comercio. “El mercado está frio y la campaña muy quieta”, dijo.

EL AGUA LO ES TODO.

“Uno puede tener la mejor tecnología y aplicarla en su campo, pero si no tiene el recurso hídrico no tiene nada”, resumió  ante la falta de lluvias que se registra en este mes de septiembre. “Ojalá tengamos esos años de lluvias como dicen los pronósticos, así la situación se va a poder acomodar”, dijo.

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