LOS PRODUCTORES ALGODONEROS SE PONEN EN MARCHA PARA UN FUTURO MEJOR – Por Carlos Caram

La producción algodonera (como tantas) hace décadas que se encuentra sometida a los vaivenes de la política y la economía argentinas, que nunca nos dan un respiro de estabilidad. Y este año no ha sido la excepción. Al contrario: se han sumado el clima, que si bien siempre influye esta vez ha sido un importante partícipe en los resultados, la abrupta caída en los precios internacionales desde mediados de año, y la importante presión de los organismos fiscalizadores de las leyes en cuanto a semillas.

Todo este combo de factores nos trae a un fin de año complicado a todos los actores de la cadena, pero con luces de esperanza que nos permiten soñar la posibilidad de futuro mejor para el cultivo.

COMENTARIO SOBRE LA CAMPAÑA

La campaña de algodón 2018/19 ha sido en general muy dura para los productores argentinos. Salvo en algunas regiones, los cultivos han sido castigados con excesos de lluvias que comenzaron con grandes milimetrajes a fines del 2018 que se repitieron en enero, febrero y hasta abril, terminando el ciclo con muchos días nublados y con lloviznas que afectaron a la mayoría de los cultivos que se habían salvado del desastre, como en el centro-norte del Chaco. 

Los grados de afectación han sido variables. Desde pérdidas totales en el sudoeste del chaco, con anegamiento de cultivos por meses, hasta afectaciones de rendimiento y calidad en distinta medida en la mayoría de las regiones. Destaco que hay zonas sin afectación, sobre todo en las áreas de cultivo del centro de la provincia de Santiago del Estero.

Todo esto nos trae hacia fin de año con varias consecuencias, como una disminución importante en la producción nacional esperada de fibra de algodón, disminución de la calidad promedio, con poca oferta a la industria que consume fibra de buena calidad, acumulación de un importante stock de fibra de baja calidad sin vender, e incertidumbre ante el futuro en cuanto a precios y costos. 

DE LOS PROBLEMAS NACE UNA INSTITUCIÓN 

Lo que en un principio fue una fiscalización de los materiales genéticos con fines de certificación y/o identificación de los lotes de semilla por parte del Instituto Nacional de Semillas INASE termina generando la unión de los productores algodoneros del país en la que quizás sea la más destacada noticia del año: la creación de la Asociación Argentina de Productores Algodoneros. 

Más allá de agruparse entre productores de cierta escala para buscar soluciones que lleven a que tengamos mejor genética en el país, estos han encontrado coincidencias que los han llevado a unir fuerzas en una institución que ponga su voz ante otros varios problemas comunes. 

Consultado el Presidente de la Asociación, el productor y desmotador Hector Linke, me informa que han logrado asociar ya a varios cientos de productores de varias provincias, en una institución sin fines de lucro en lo colectivo, independiente del Estado y los gobiernos, de los Partidos Políticos y de cualquier Empresa. 

El propósito es que los productores, que de manera individual no tienen peso para hacer oír su voz, unan sus ideas y propuestas para llegar a los organismos públicos y privados, a la prensa y a la sociedad. 

No se trata sólo de reclamar ante disposiciones que afecten al sector, sino de participar, colaborar y contribuir al desarrollo de la actividad algodonera a futuro, entendiendo que el algodón en su debida escala y nivel tecnológico es una gran alternativa productiva en todo el norte de nuestro país, generando una importante actividad económica, con su correspondencia en ingresos, empleo y desarrollo.

INTERESES COMUNES

Los intereses de los productores son muchos y variados.

En lo que hace a Tecnología, se entiende que hay problemas que necesitan urgente solución, como lo referente a genética y semillas, donde gran parte del área se siembra con variedades que ya han sido superadas. También se quiere abordar toda la problemática del cultivo, cosecha y transporte, donde los costos no se condicen con la realidad de nuestro país, al igual que el procesamiento y desmote del algodón cosechado.

En lo Político, los productores no quieren ser simples espectadores de las políticas y las leyes, de las cuales se enteran cuando ya es tarde. Destaca el Sr. Linke que no se trata de unirse para burlar las leyes, sino de trabajar a nivel nacional y provincial para que las disposiciones no obstruyan y hasta destruyan la actividad. Para que los organismos fiscalizadores como INASE y SANASA colaboren sin abusar de sus atribuciones, ayudando a la incorporación de nuevas tecnologías que favorezcan no sólo al productor sino a todos los integrantes de la cadena. Y también ante los organismos recaudadores como la AFIP y Administradoras de IIBB provinciales, que imponen importantes retenciones, percepciones y débitos bancarios compulsivos, creando verdaderas fronteras aduaneras internas, y quitando previsibilidad a los costos impositivos, que en su justa y razonable medida corresponde asumir.

EN SÍNTESIS 

Los productores algodoneros quieren un futuro mejor para el cultivo. Mejores variedades, tecnología adecuada a la región y técnicos especializados, políticas públicas que alienten la producción, créditos pagables, y todo lo que lleve a que la producción sea sustentable. Y se han unido, no en busca de dádivas y subsidios como siempre hemos visto en la historia de este cultivo, sino para trabajar en lograr las condiciones que les permitan crecer por sí mismos.

Nuevamente hemos iniciado una campaña algodonera, la 2019/20. Tenemos a partir de diciembre un nuevo Gobierno Nacional que ha prometido incentivar la producción y las exportaciones y esperemos que así sea. El mercado internacional que muestra señales de recuperación. Y los productores, ya decididos a una siembra que supere al año anterior y con la esperanza de siempre: obtener una buena producción, en cantidad y calidad.

Que Dios nos ayude.

  • Carlos Caram es integrante de la Cámara Algodonera Argentina y esta columna forma parte de la Revista Anual de la entidad y enviada para su difusión a AGROPERFILES.

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